jueves, 13 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 13 de Agosto 1808

Todo el día nos estuvieron haciendo fuego por todos los puntos y mucho daño, así por las calles como en los edificios, pegando fuego a cuantas casas pudieron, inutilizándolo todo, especialmente el convento de San Francisco, en el Hospital, casas inmediatas, y además tirando tantas granadas que parecía un infierno, no obstante el vivo fuego que de las casas del Coso y de todos los puntos se les hacía, hasta lograr desalojarlos del Hospital y Santa Catalina e inmediaciones. Esta tarde salió impreso del general cuyo tenor es el siguiente. 
 
ARAGONESES Y SOLDADOS QUE DEFENDÉIS A ZARAGOZA 
Dos meses ha que los llamados invencibles ejércitos franceses tienen sitiada esta capital y han usado cuantos medios pueden sugerir la crueldad y la vileza para afligirlos, No contentos de ejercer el robo de las cosas más sagradas, de incendiar los campos, de degollar a los rendidos e inocentes, y de violar sin pudor a las infelices que la casualidad y la desgracia han hecho caer en sus manos, han arrojado en la ciudad más de cinco mil bombas y granadas, han atacado con furor y a un tiempo mismo repetidas veces todos los puntos y baterías, y por fin no os han permitido un solo día y noche para el descanso. A todo habéis sabido resistir; vuestro valor, vuestra constancia y el fuego sagrado de la religión y la patria han hecho olvidar el descanso y preferir la muerte a la humillación y abatimiento del nombre español. Vuestras mujeres las zaragozanas, cuyo valor admirable las hace superiores a cuantas la historia nos recuerda, han desplegado su extraordinario espíritu y esfuerzo, presentándose en medio de los peligros para animaros y suministraros generosamente, durante los combates, los alimentos y auxilios necesarios. La Europa admirará la defensa ha hecho Zaragoza. Toda la nación española la dirige sus votos al Altísimo en favor nuestro y cuando llegue a saber que la vista misma de tantas desgracias como han sobrevenido, la ruina de muchas casas y los robos cometidos por los viles esclavos de Bonaparte no han podido arrancar una sola lágrima ni queja, y que tan solo respiráis armas y venganza; la posteridad llegará a dudar de tanto heroísmo, más no podrá dejar de venerar la memoria de tanto oficial de mérito y tantos héroes ya paisanos, ya militares, como se han distinguido, y cuyos nombres se publicarán en días de más quietud. 
Soldados, ya la suerte está decidida, nuestro triunfo es seguro; completad la obra que tan dignamente habéis sabido sostener, que no se salve ni uno solo de estos pérfidos destructores de la paz del género humano. Ya corren presurosos a vuestro favor los valerosos ejércitos españoles acostumbrados a vencer siempre. Estad  preparados, y cuando llegue el momento de llamaros, que será en breve, acudid, obedeced a vuestros jefes, y acábese de exterminar el ejército francés, que tan mal se ha conducido en España. 
Cuartel General de Zaragoza, 13 de agosto de 1808. José de Palafox y Melci. 
 
Al anochecer era tanto el fuego que había en el Coso, que todo él parecía una hoguera, pues ardían las casas inmediatas al Hospital, este por todo el convento de San Francisco y edificios de frente e inmediatos. Este día se pudo entrar en los barrios de Santa Catalina y parte de los del Azoque por haberlos hecho los nuestros salir de ellos, encontrándolos muy maltratados y sin mueble alguno. Las gentes este día tuvieron más miedo que nunca y se salieron muchísimas a pueblos inmediatos y Arrabal. El fuego duró sin cesar afligiendo más y más. Hasta media noche, en que volando la suntuosa iglesia del Real Monasterio de Santa Engracia, desalojó el enemigo todos los puntos que ocupaba dentro y fuera de la ciudad, dejándonos libres después de dos meses cabales que nos estaban sitiando, sin haberse podido internar, ni pasar adelante en los 11 días que han estado dentro de ella.

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