Este día estuvieron los franceses haciendo fuego muy vivo desde el convento de San José y la torre del conde Belchite incomodando muchísimo, como igualmente en todos los puntos del Gállego y Rabal, llegando a ponerse en las torres inmediatas a la del Arzobispo, aunque en partidas pequeñas, habiendo ocupado otra vez el convento de Capuchinos donde colocaron una batería de obuses y otra en el paseo de Torrero, en la torre de D. Félix Vicente. Nuestras guerrillas tuvieron algunas escaramuzas con los enemigos y solo se pudo lograr el traer preso a un teniente coronel francés y hacer huir a su tropa hasta más allá de Cogullada. Se supo que habían robado los pueblos de Pastriz y la Puebla hasta lo sumo, cuyos habitantes huyeron para no ser víctimas del más sangriento furor. Prosiguió la escasez de pan y carne con mucho exceso a los días anteriores de modo que mucha gente del pueblo carecía de ambas cosas, y aprovechándose los labradores de la retirada de los enemigos pudieron entrar en sus casas las fajinas en caballerías para libertarlas del incendio, como acostumbran hacer.
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