sábado, 8 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 08 de Agosto 1808

Esta noche pasada no hubo bombeo ni tiroteo de parte del enemigo, el pueblo estuvo tranquilo y amanecimos igualmente animosos, no obstante de que siempre estaban en el mismo sitio y cometiendo robos e iniquidades acostumbradas. Este día padecimos mucho en las casas de los barrios del Azoque y del Carmen pues casi todas las saquearon. 
Antes de las 6 de la mañana vino nuestro general de Villamayor acompañado del Intendente y demás con el 2º Batallón de Voluntarios de Aragón, presentándose seguidamente a Nuestra Señora y en donde oyeron misa, y de allí fueron a ocupar los puntos que les mandó S.E.; trajeron cuatro cañones y 20 carros de municiones con 200 catalanes. El enemigo siguió todo el día haciéndonos fuego y amenazándonos con el degüello como acostumbra desde las baterías de las puertas de Santa Engracia y Carmen, con cuyo motivo estuvo algo indeciso nuestro éxito, pero a pesar de eso nuestros valerosos paisanos y tropa sostuvieron de tal manera el fuego que no pudieron adelantar un paso, y solo lograron incendiar cuanto ocupaban, robando casas, pasando de unas a otras rompiendo los tabiques y causando el daño más terrible. En este día tuvimos algunos muertos y bastantes heridos por la mucha valentía de los nuestros, pero el enemigo tuvo muchos más pasándose algunos y encontrándose muchos en las bodegas escondidos, los que iban cargados de dinero, alhajas y ropas, todo lo que se depositaba en casa del general, como todo lo demás robado, a cuyo fin salió el siguiente bando de orden del señor marqués como gobernador de la plaza
 
 BAND
 1º. Sobre lidiar con un enemigo que no conoce el más pequeño sentimiento de honor, que ha asesinado a hombres, mujeres y niños que clamaban por la misericordia, que les daban el caudal y cuanto en su casa tenían, testigos de esta verdad cuantos por felicidad se han escapado de sufrir lo que no se lee de ninguna nación bárbara, lo que mas aflige mi corazón y el de todos los vecinos de carácter y honradez de esta valerosa e inmortal ciudad, es el abuso que ha hecho la tropa y algunos paisanos mal intencionados que, habiendo dispuesto los jefes entrasen en varias casas en el Coso para ofender al enemigo, se han dedicado algunos individuos perversos a robar y destrozar sus efectos de modo que siéndoles de poca utilidad se han llenado de infamia. Y siendo preciso castigar delitos tan enormes, mando: que a todo individuo que se le aprehenda encima cosa alguna robada por pequeña que sea, y que se justifique no por de su uso, sufrirá la pena de ser pasado por las armas irremisiblemente dentro de seis horas de ser aprehendido. 
2º. Todo oficial, sargento y cabo que esté de comandante de puesto y no vigile la conducta de la tropa de su mando a fin de evitar los desórdenes, será castigado según las circunstancias del delito.
Encargo a los vecinos honrados, oficial, sargento o cabo, que vigilen y observen a todo soldado o paisano que lleve bulto o cosa que les haga sospechoso y registrándolo, acudan a la guardia mas inmediata a fin de asegurar al malhechor.
 Dado en el Cuartel General de Zaragoza, a 8 de agosto de 1808. Lazán.

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