lunes, 31 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 31 de Agosto 1808 - FIN del Primer Sitio Francés a Zaragoza

Esto es cuanto hasta el día último de agosto ocurrió en el memorable primer sitio, relativo a las heroicas acciones ejecutadas en la imperial Zaragoza, escritas el mismo día que sucedieron, y aunque no todo lo que pasó se incluye en este Diario (pues esto es imposible a un sujeto solo) cuando menos podrá formarse una razón exacta del día fijo de sus acontecimientos que debe ser el alma de esta clase de escritos, como lo fue su autor, para perpetuar las brillantes empresas de sus compatriotas, y eternizar su memoria.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 31 de Agosto 1808

Se saco mas artillería del Canal Imperial, hasta 53 piezas entre ellas tres culebrinas del tiempo de Felipe V y doña Isabel Farnesio, cuyos nombres estaban esculpidos, y tres morteros grandísimos. Este día entraron 2.500 hombres del partido de Teruel sin armas, los que inmediatamente se destinaron al cuerpo de ejército. 
Salió una circular de orden de S.E. dirigida por el Intendente a los arzobispos y obispos de España e Indias pidiendo socorros para esta ciudad, y unos artículos sobre la magnanimidad de los zaragozanos, que llenarán de gloria a sus vecinos, y son los siguientes. 
1º. Nadie ignoraba la desprevención de esta ciudad para resistir el ataque del 15 de junio, ni que moralmente fuese posible su defensa, no se echó de ver el menor temor en los que se presentaron al combate ni turbación alguna en sus habitantes, habiéndose celebrado en las iglesias metropolitanas y demás de la ciudad los divinos oficios con la solemnidad correspondiente aquel día víspera del Corpus, de manera que el espantoso ruido de la artillería y fusiles más bien parecía gustosa salva que espantoso estrépito. 
2º. Jamás decayó su ánimo a pesar de ser casi continuos los ataques del enemigo y hallarse la ciudad por muy largos días sin auxilio de tropas de línea y con escaso número de artilleros. 
3º. Siete mil bombas y granadas disparadas contra sus edificios no bastaron a infundir la menor cobardía, no solo en los hombres, pero ni en las mujeres ni niños que incesantemente andaban por sus calles, concurriendo a sus respectivos destinos, llevando en sus semblantes el majestuoso semblante de la serenidad. 
4º. Se veían día y noche sin cesar ruinas de edificios, asolación de campiñas, incendios de mieses, de casas de campo, de conventos y haciendas pingües y, sobre todo, padres, hijos, hermanos y parientes, ya heridos, ya muertos, sin que nada de esto llegase a perturbar al más pusilánime. 
5º. Las mujeres han atestiguado constantemente estas verdades presentándose desde el primer día en las baterías y demás puntos de ataque con varonil espíritu para suministrar entre enjambres de balas a los artilleros y combatientes el pan, vino, aguardiente, cartuchos, metrallas y demás subsidios para su vigor y defensa. 
6º. El asedio verificado por los franceses en Zaragoza traspasando el Ebro y produciendo el necesario efecto de quedar enteramente interceptadas sus comunicaciones, fue mirado con la indiferencia que sería el asunto de menos importancia. A sus resultas faltaron los abastos. Estuvo el pueblo varios días sin carne, cortadas las aguas de sus molinos, en escasez suma de pan, y comiendo finalmente toda clase de personas el de munición, en cuyo estado (de aflicción por su naturaleza) aconteció al parecer el último golpe con la destrucción de las baterías de Santa Engracia y tapias de San Miguel que franqueó paso al enemigo para entrar en Zaragoza apoderándose de una hermosa porción que su perfidia iba reduciendo a cenizas después de saquearlas. Pero bien lejos de perturbarse sus habitantes en sus operaciones, parece  que engrandecían sus ánimos los mismos daños y peligros, según dispusieron con indecible agilidad y constancia nuevos fosos y baterías en las bocacalles inmediatas al terreno ocupado para impedir al enemigo sus progresos, manteniéndole en esta forma como encarcelado, por 9 días con sus noches, sin dejar al mismo tiempo de destruirle, matando en sus continuos combates a la mejor tropa del enemigo que recogió de esta suerte el debido fruto a su despecho en arrestarse a entrar en la Ciudad. 
En suma ha sido tan cruel esta guerra, como sostenida con serenidad. Hemos tenido unos sobresaltos de puro nombre, y unas pérdidas de que se ha hecho gala. Finalmente un testimonio prolongado por espacio de dos meses de que Zaragoza es propiamente el centro donde tiene su asiento la magnanimidad.
 CIRCULAR DEL INTENDENTE DE ARAGÓN A LOS ARZOBISPOS Y OBISPOS DE ESPAÑA E INDIAS. 
Entre los acontecimientos humanos que la historia puede presentar no hay uno más heroico y más digno de excitar la gratitud de las almas sensibles que el sitio de Zaragoza, combinadas todas circunstancias ocurridas en él, no hay elogio que baste a describirlas. Los paseos e inmediaciones destruidos, cortados sus árboles, arruinadas o quemadas todas sus casas de campo, huertas y olivares que servían para el recreo y gran beneficio de sus dueños, batidas y destrozadas por las bombas, granadas y balas de cañón todas las casas exteriores de la mitad de la circunferencia de la ciudad, volados los templos y las tapias que le servían de muros, incendiadas y arruinadas muchas de sus casas. 
Esta sola vista presenta a todos los estragos y horrores de la guerra y las circunstancias y valor de los zaragozanos. Si se atiende a los sucesos particulares sobrevenidos antes y durante el Sitio sólo a los que hemos sido testigos presenciales pueden hacerse creíbles. A la explosión lamentable del almacén de pólvora que sobrevino después de muchos días de ataques y que arruinó una infinidad de edificios, consternando a la ciudad siguió el bombardeo de 1 y 2 de julio que duró días con sus noches; comenzó al propio tiempo el enemigo por todas partes, y atacó formalmente con furor y grandes fuerzas el Castillo y algunas de las puertas de la ciudad, mas sus habitantes, en vez de desmayarse sin descanso, y sin haber podido dormir un solo momento a vista de los heridos y muertos solo pensaban en vencer o morir. 
Las mujeres corrían presurosas a dar socorro a los pocos artilleros y soldados que había, y a  animar a los paisanos; algunas de ellas fueron víctimas de su ardiente celo. Los padres de familia veían expirar sus hijos en sus casas por las bombas, y a su mismo lado en el combate y, en vez de llorar su pérdida, seguían tranquilos en la defensa, consolándose sólo con pensar y decir que habían muerto por salvar la patria. Los propietarios miraban con desprecio la pérdida de sus bienes, y aun pedían arruinasen sus olivares y casas de campo, cuando podían servir de asilo al enemigo o de estorbo para nuestra defensa. Desde el más pobre hasta los más acomodados, todos franqueaban gustosos sus toldos para sacos de tierra, sus camisas para la tropa y, en fin, cuanto tenían, se necesitaba y podía desearse. 
Llegaron los días 3 de agosto y sucesivos, llovían bombas sobre bombas en el Hospital General donde estaban los heridos y enfermos y nuestros expósitos, y a donde el enemigo dirigía sus tiros; todos corrían presurosos a salvarlos con igual constancia, valor y patriotismo, veían muchos arder sus casas y ser saqueadas por los enemigos. Se veían todos faltos de víveres y aún de pólvora, toda privación les era llevadera, jamás perdieron sus esperanzas, ni su corazón anhelaba otra cosa que la muerte o la victoria. Los que siendo ricos se miraban ya reducidos al solo vestido que tenían puesto y el fusil con que defendían su patria se vanagloriaban de ello. Los menos acomodados se olvidaban de si mismos y de la subsistencia futura de sus hijos, y sólo pensaban en la venganza. Pocos ejemplos presenta ni presentará el mundo de este maravilloso heroísmo. 
Ya pasaron aquellos días tan aciagos para Zaragoza, ya la Providencia ha dispensado a sus habitantes el laurel que merecían su constancia y valor, ya el enemigo hubo de huir vergonzosamente, dejando entre nosotros una memoria de odio eterno que, hasta los niños que apenas pueden hablar, pronuncian a gritos, pero a los que hemos podido sobrevivir en medio de tantos males y prodigios, no nos es posible mirar sin verter lágrimas el desamparo a que quedan reducidas tantas familias dignas de mejor suerte. El excelentísimo señor capitán general, cuya alma sensible y grande llora tantas desgracias, me ha encargado de ocurrir y proponer el remedio, cuando otras atenciones me lo permitieran; mas S.E. no sosiega, ni yo que veo la urgencia de socorrer a tantos infelices, que tienen hasta la prudencia de disimular los quebrantos y necesidades, porque se hacen cargo de las muchas y urgentes atenciones a que es preciso ocurrir. 
He creído, pues, que abriendo una subscripción en toda España y América hasta sacarse una cantidad bastante considerable para mejorar su suerte y darles el consuelo que se merecen. Para ello, con aprobación de S.E. y conforme a ella me dirijo a todos los muy reverendos arzobispos y reverendos obispos de ambos reinos de cuya caridad, cristianismo y amor a las virtudes, esperando que dando por si el ejemplo, y excitando la caridad de todas las corporaciones e individuos particulares pudientes de sus respectivas diócesis lograrán auxilios pecuniarios suficientes para indemnizar a los desgraciados habitantes de Zaragoza que han quedado reducidos a la indigencia por libertar a toda España del yugo opresor de la Europa. 
Espero del acreditado celo de V.S.I. que contribuirá a que se realice en breve esta subscripción en su diócesis, anotando las personas que contribuyan para un objeto tan importante, tan grato a los ojos de nuestro Dios, y que mirará con el debido aprecio nuestro amado rey. 
El dinero que V.S.I. recogiere para este fin, se servirá tenerlo a disposición del ilustrísimo Cabildo eclesiástico de esta santa iglesia metropolitana que cuidará de reunirlo para, de acuerdo con los curas párrocos distribuirlo a las personas más necesitadas y subsanar hasta donde alcance las pérdidas que han experimentado, y serán eternas. 
Dios guarde a V.S.I. muchos años. Zaragoza y agosto 26 de 1808. 
Lorenzo Calvo de Rozas.

domingo, 30 de agosto de 2009

Vuelta al cole


Hola

Ya casi han acabado las vacaciones escolares y hay que ir preparando el retorno. Para mejor organización, no olvides tener a mano el Calendario Escolar.
Puedes descargarlo de aquí.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 30 de Agosto 1808

Se continuó en sacar mas artillería del Canal Imperial cuyas piezas se llevaron al parque de artillería, las que todas son de la ciudadela de Pamplona. A las 4 de la tarde de les reventó una granada real a los artilleros que la estaban cargando en su almacén de San Juan de los Panetes y mató a cuatro e hirió a otro muy malamente, cuyos cadáveres se condujeron inmediatamente a la cisterna del Pilar, por cuyas almas dio la gente mucha limosna. La Junta de Hacienda puso un manifiesto para que todos los que deben contribuciones y demás rentas reales satisfagan inmediatamente, ofreciendo perdonar a aquellos que en los bombeos y entrada de los franceses hubiesen padecido menoscabo, resarciéndose dichas cantidades de aquellos que hubiesen abandonado la ciudad. 
Se creó la Junta de Sanidad, cuyo objeto fue el cuidado de la salud pública, para lo cual se mandó sacar las enronas, llenar los hoyos, desecar las aguas, rociar las calles con vinagre para evitar la putrefacción de los muchos cadáveres franceses que quedaron en los edificios y calles que ocuparon.
De los ejércitos no hubo ninguna novedad, y solo vino un propio de Benasque con el aviso de haberse asomado por aquel puerto algunos franceses.

sábado, 29 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 29 de Agosto 1808

Con motivo de haberse sabido que los franceses habían arrojado al Canal Imperial muchos pertrechos de guerra, mandó S.E. se hiciese una visura, y habiendo sacado dos morteros, se trasladó con su plana mayor y gente llegando a sacar hasta 40 piezas, a saber: ocho morteros, ocho obuses reales, cinco culebrinas y, los restantes, cañones de diferentes calibres, permaneciendo allí S.E. la mayor parte del día animando a los trabajadores. A su retirada a palacio le esperaba una posta del excelentísimo señor marqués del Palacio, general de las tropas de Cataluña, con la noticia de estar ya con su ejército en Villafranca del Penedés, lo que alegró mucho al pueblo.

viernes, 28 de agosto de 2009

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Paseando por ahí he encontrado:

Sitios en el corazón

Fundación Masaya contra la pobreza

Mutatis Mutandi

Hacer una visita, que es gratis.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 28 de Agosto 1808

Este día se celebró en todas las iglesias parroquiales de orden del señor provisor la festividad del Santísimo Corpus Chisti, cantando además el Te Deum en acción de gracias por los beneficios recibidos. Hoy marcharon a Madrid los tres comisionados de Aragón para la Junta central de todas las provincias. Se continuaban las fortificaciones.

jueves, 27 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 27 de Agosto 1808

No hubo ninguna novedad especial, se prosiguieron las baterías del paseo de Santa Engracia, y se practicaron algunas diligencias de justicia para encontrar las alhajas y dineros perdidos con motivo de la entrada y saqueo de los franceses. Esta noche se fijaron papeles viendo no se sacaban los franceses estén o no matriculados, pero siempre con el respeto a S.E., amenazándoles que se fueran, pues de lo contrario estaban expuestos a perder la vida, firmados de varios parroquianos de San Pablo y la Magdalena, lo que se verificó muy prontamente, pues habiendo salido cuatro de los que estaban en el Castillo a comprar vino fueron insultados del pueblo en términos que dos de ellos fueron muertos a pedradas en la calle Predicadores, con cuya novedad se dio orden para que no saliera ninguno de la reclusión. A las 6 de la tarde fueron arcabuceados cuatro franceses que habiendo sido cogido prisioneros resultaron ser espías y que iban sembrando discordias entre nuestras tropas. Hoy salió la Gaceta con noticias favorables de la Inglaterra y del grande interés que tomó el pueblo de Madrid a nuestro favor cuando supo de la huída de los enemigos. 
 
Copia de una carta del Lord Martín Almirante de Inglaterra desde Puerto Mahón a nuestro general. 
 
Excelentísimo señor: tengo el honor y sincero placer de comunicar a V.E. la adjunta copia de la proclama de paz con la nación española, ajustada con Su Majestad Británica y el Consejo de 4 de julio último. Es de V.E. su más obediente humilde servidor. 
Lord Martín, Gran Almirante. 
A.S.E. el presidente del reino de Aragón. 
 
MANIFIESTO DEL REY EN EL CONGRESO 
Su Majestad Británica habiendo puesto en su alta consideración las gloriosas ejecuciones de la nación española por la libertad de la tiranía y usurpación de la Francia, y las pruebas de seguridad que tiene recibidas de muchas de las provincias de España, de sus hermanadísimas disposiciones acerca de este reino. Su Majestad está satisfecho, y por ello con la determinación de su Consejo, ordena y manda. 
1º. Que todas las hostilidades contra España por parte de Su Majestad cesen inmediatamente. 
2º. Que el bloqueo de todos los puertos de España, a excepción de aquellos que puedan estar al presente bajo el cautiverio de Francia, deberán dejarse libres. 
3º. Que todos los navíos y barcos vinientes de España serán admitidos dentro de los puertos y dominios de Su Majestad como lo eran antes de las presentes hostilidades. 
4º. Que todos los mismos que estarán juntos con los de Su Majestad en el mar serán tratados del mismo modo que los de los demás estados que tienen amistad con los de Su Majestad, y no deberán tener valor otro tratado que éste, considerado por Su Majestad y estimado por llena ley por sus neutrales navíos. 
5º. Que todos los barcos y bergantines dirigidos a sujetos residentes en colonias españolas de ningún modo deberán apresarse por corsarios de Su Majestad después de esta fecha, antes serán alegremente recibidos dentro del puerto, cuidados sumamente, preservados de averías, custodiados y dispuestos como los de Su Majestad apenas sean conocidos, en cuyo caso tales navíos y bergantines harán precisamente una causa común con España, contra el poder de la Francia. 
Los Lores comisionados de Su Majestad Británica, los secretarios principales de Estado del mismo.
Los Lores del Almiraztango, y Jueces de la Corte del Vicealmiraztango han tomado las mismas providencias que aquí se expresan, por lo que a cada uno de ellos puede respectivamente pertenecerles. 
Firmado José Contrell. Es copia a la letra. Lord Martin, Gran Almirante. 
 
GACETA DE MADRID 10 DE AGOSTO 
En todo ha sido desgraciada la invencible ciudad de Zaragoza, honor y gloria de España, asombro y terror de los orgullosos franceses, porque de otras ciudades y provincias atacadas y oprimidas por aquellas tropas de bandidos hemos recibido algunos papeles impresos, cartas y noticias de sus gloriosas victorias, pero de Zaragoza han sido tan pocas que no podían llenar una página de la Gaceta. Es llegado el día en que sus continuas y señaladas victorias necesitan de un gran libro y de un Zurita para escribirlas dignamente. No era de admirar la extraordinaria falta de noticias, habiendo estado aquella ciudad rodeada por espacio de dos meses del ejército enemigo y teniendo algunas de sus tropas dentro de ella. Sabíamos sin embargo que los valerosos y esforzados aragoneses, llenos de intrepidez y bizarría derrotaban a los fieros franceses en todos los choques y encuentros que tenían, y contaban con tantas victorias como batallas, y tantas batallas como días. 
Se recibió por fin el 17 la destacada y gustosa noticia de haber evacuado los franceses aquella ciudad en los términos que expresa el parte del excelentísimo señor D. José de Palafox, que se publicó en Gaceta extraordinaria de ayer, sin embargo de que el vencedor, el héroe de la Europa, el soberbio Napoleón había tomado a su cuenta rendir la capital de Aragón, pero el joven, el intrépido e ilustre Palafox ha desengañado a aquel vano y presuntuoso emperador de que el valor, lealtad y constancia de un general aragonés son muy superiores a la osadía y astucias de un pérfido corso, y que los insurgentes y rebeldes de Aragón son héroes defensores de la patria que saben vencer, derrotar y ahuyentar a los coraceros y polacos que nos pintaban como invencibles. 
Esperamos noticias circunstanciadas de los gloriosos sucesos de Zaragoza para publicarlos y satisfacer la impaciente curiosidad del público que tan justamente se ha interesado por la suerte de aquella noble ciudad que con sus glorias ha oscurecido las de Numancia y Sagunto.
Sin embargo de ser las 10 de la noche cuando se recibió en la imprenta real la copia del parte del señor Palafox para publicarle en  Gaceta extraordinaria y en edictos, fue tan grande el júbilo de los jefes y dependientes de aquella casa que inmediatamente iluminaron su fachada, acudió el pueblo a la novedad y enterado del motivo gritaba: viva la Virgen del Pilar, viva Palafox, viva Aragón, viva Zaragoza. Vivirán eternamente en la historia. 
El excelentísimo señor D. José de Palafox y Melci, capitán general del ejército y reino de Aragón se sirvió comunicar al Consejo por medio del señor decano gobernador, la plausible noticia de la evacuación y huída de las tropas francesas de las inmediaciones de Zaragoza. Con este motivo tan digno de la consideración del Consejo y de todo el reino, ha resuelto este supremo tribunal que el día de hoy, 19, se tributen las más rendidas gracias a Dios Nuestro Señor por tan señalado beneficio con un Te Deum a que asistirá el Consejo, en la iglesia de Santa María, y se ha dado el correspondiente aviso a los demás tribunales y villa de Madrid.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 26 de Agosto 1808

Salió S.E. a caballo acompañado de su acostumbrada comitiva a reconocer el campo del enemigo, y habiendo llegado hasta San Lamberto, donde tenían los enemigos su hospital, lo hallaron todo derrotado, habiendo practicado en él los mayores desacatos así en las imágenes como en los vasos sagrados, hallándolo todo lleno de despojos de ropas, reses muertas, y otras cosas robadas de la ciudad y pueblos inmediatos, y una zanja que cruzaba desde dicho convento hasta el Ebro, que habían hecho para llevar cubiertas sus tropas y libertarlas de nuestras balas. Este día salió el bando y manifiesto de S.E. relativo a varias providencias sobre la administración de las rentas del reino, contribuciones, confiscación de bienes a los expatriados y expulsión de los franceses no naturalizados, el que se circuló a todo el reino y se pone a continuación. 
 
MANIFIESTO Y BANDO 
La subsistencia del ejército que tan gloriosamente ha defendido esta capital ha llamado con preferencia toda mi atención, y para que nada faltase a tan digno objeto di las órdenes convenientes, que se circularon en 30 de mayo, 7 y 22 de julio, dirigidas a reunir y cobrar todos los frutos públicos, teniéndolos a disposición del Intendente a fin de que pudiese ocurrir a los indispensables gastos que se han originado en la fortificación de esta capital, compra de caballos, vestuario, armamento y provisión de las tropas que la han defendido. Todo se ha hecho con una prontitud admirable y muchos individuos de la ciudad de Zaragoza han franqueado cuanto se les ha pedido y su situación les permitía para ocurrir a las necesidades. Es inútil ponderar los esfuerzos extraordinarios que ha sido preciso hacer para sostener este ejército, y es menester confesar que a los valerosos defensores de Zaragoza se debe la conservación de nuestra fe, el patrimonio de la Iglesia, la subsistencia y aún la vida de todos sus ministros, la fortuna de los pudientes del reino y la integridad de la nación. Aquellos que ya porque se ausentaron de Zaragoza, temiendo los estragos que hemos experimentado en ella, y todos los que han tenido la ventaja de que los enemigos no penetren en sus pueblos es preciso se convenzan de que la salvedad de sus personas y de sus bienes la deben al ejército y a los valerosos zaragozanos que han presentado sus heroicos pechos para contener al enemigo y rechazarlo. Es menester que consideren que lloran algunos la pérdida de sus parientes y amigos, que han muerto llenos de gloria en los ataques, y otros se ven privados de sus casas, del dinero que tenían en ellas, de todo su menaje y hasta de sus ropas que han sido víctima del fuego, de las ruinas o rapiña del ejército francés, mientras que ellos  tranquilamente están posesión y goce de sus tesoros. Es menester que se persuadan de que el apronto de una parte considerable de sus fondos y rentas es un deber sagrado que no podré menos de exigir a los pudientes ya sea en donativo o bien en calidad de contribución o préstamo. Que todos los que disfrutan empleos ya eclesiásticos y seculares de alguna consideración no podrán exceptuarse, ni dejar de experimentar los efectos de esta regla general que imperiosamente reclaman la seguridad de la patria y la puntualidad del pago, y buena asistencia de unas tropas tan dignas de aprecio y del reconocimiento de toda la España. Y en fin es preciso que sin esperar que llegue el caso de que sus fortunas sean formalmente demostradas, y hayan de prestar o contribuir en razón de la que se les gradue prudentemente por la Junta de Hacienda, se apresuren a aprontar desde luego en la tesorería de este ejército lo que puedan, sea por donativo o por préstamo, dando parte al Intendente de lo que fuere para que, constándole, pueda tomar sus disposiciones y aplicarlo a los pagos más urgentes. 
Ha llegado a mi noticia que en algunos pueblos del reino, contraviniendo a lo que he mandado, y sin menor noticia del Intendente que debe inspeccionar todas las rentas y cuidar de su legítima inversión, se ha dispuesto de los fondos pertenecientes a diferentes ramos y distribuídose  a los alistados para el servicio por los comandantes que han recibido el dinero. Que algunos de estos, suponiendo órdenes mías, y que otros aumentando el número de alistados les han pagado su prestación no obstante que permanecían en sus hogares sin armas y sin hacer servicio alguno, y resultando de estos abusos consecuencias graves, contrarias a mis sentimientos y modo de pensar y a la conservación del orden tan necesario para el bien general, y a la rectitud y pureza del algunos comandantes, que no deben confundirse con los demás. Para cortar de raíz todo exceso y lapidación y castigar a los que habían incurrido en ellos, se llevarán a efecto con el mayor rigor las disposiciones prescritas en los artículos siguientes, y se circularán por todo el reino de Aragón para que nadie pueda alegar ignorancia. 
1º. Todos los administradores, tesoreros, depositarios y recaudadores de las rentas reales, contribuciones, sal, bulas, papel sellado, subsidio, excusado, noveno, primicias, encomiendas, vacantes y rentas de los sujetos comprendidos en el artículo 2º del bando de 7 de julio, inclusas las del excelentísimo señor arzobispo y las de los demás ramos sin excepción alguna, aun cuando determinadamente no se expresen aquí, presentarán dentro de un mes sus cuentas hasta el 31 de mayo último, remitiendo a esta tesorería de ejército todos los fondos que por dichas cuentas resultaren sobrantes, y aprobando en el momento las existencias para el mismo fin, dando aviso al Intendente de este ejército y reino. 
2º. Que cualquier habitante de Aragón que supiere que hay detenidos fondos del real erario o de algún otro de los ramos que comprende el artículo antecedente, o que en su manejo se cometan abusos, lo ponga reservadamente en noticia del Intendente, en inteligencia de que no se sabrán sus nombres. 
3º. Que se apremie con todo rigor a los que resultaren deudores del real erario por atrasos en todos los ramos indicados haciendo de ello responsables a los mismos administradores y demás empleados, y a las justicias y tropa cuyo auxilio reclamaren su ejecución. 
4º. Que las juntas de cabeza de partido de todo el reino, los corregidores y justicias de los demás pueblos remitirán dentro de 15 días al Intendente general una razón circunstanciada de todas las cantidades entregadas en dinero o en efectos a los comandantes de los tercios o a otra persona, expresando la procedencia del dinero, si es por donativo, o a qué ramo pertenece, para que con este conocimiento pueda hacerse el cargo correspondiente por la Contaduría principal a los que lo hayan percibido, y estos acreditan su inversión. 
5º. Que en todos las cabezas de partido, los corregidores y juntas de gobierno y en los pueblos, los curas, alcaldes, regidores y dos vecinos honrados formen lista de las personas que tuvieren caudales, y se abra una suscripción formal, en la cual exprese cada uno la cantidad que quiera aprontar para los gastos de la presente guerra, por donativo, o por préstamo, en inteligencia de que nadie podrá excusarse, y que conforme a la graduación de sus rentas o fondos se exigirá como una contribución, pues a todos debe estimular a hacer cuantos esfuerzos sean imaginables como me lo prometo. 
6º. Habiendo acordado la Junta del reino que se solicitase de las personas pudientes de Zaragoza el apronto de caudales por donativo o préstamo, se verificó uno invitación en 20 de julio. Muchos, excitados de un laudable celo y franqueza han correspondido a las esperanzas de la Junta, y otros por sus pérdidas no podrán concurrir, pero quedan muchos que deberán hacerlo. En consecuencia, la Junta de Hacienda cuidará de que así se verifique con arreglo a este manifiesto en su principio, en lo respectivo a los ausentes, y acaudalados procediendo a invitarlos. 
7º. Que se confisque a beneficio del reino todos los bienes de los franceses existentes en Aragón y no han adquirido domicilio ni permanecido en él perennemente los 10 años para naturalizarse, conduciéndolos a las fronteras de Francia, advertidos de no volver más a España, pena de la vida. 
8º. Que se confisquen igualmente los de los franceses residentes en Aragón sin naturalizarse, ni haberse establecido, aun cuando haya muchos años que vivan aquí, obligándolos a salir del reino en los mismos términos ya expresados. 
9º. Todo español que desde el 31 de mayo último hubiese comprado fincas de franceses, tuviese en su poder fondos o créditos suyos para guardar, lo manifestará dentro de 15 días a la justicia, pena de ser considerado como ocultador y de la confiscación de sus bienes, y de ser desterrado de Aragón. 
10º. Que los corregidores y demás justicias donde hubieren residido franceses formen el inventario de todos sus caudales, créditos y bienes, y los remitan al Intendente, quien dispondrá de su venta, pasando su noticia al Juez de Secuestros para que conste. 
11º. Que los demás franceses nacidos en Francia que han residido más de los 10 años en España y que tienen familia y establecimientos en Aragón formen un inventario de todos sus bienes con intervención de la Junta de Hacienda de Zaragoza, y se les requiere bajo juramento que no extraigan de España ni un maravedí de sus fondos ni enajenen sus propiedades, permaneciendo por ahora arrestados en sus casas, en el Castillo y Academia, contribuyendo los naturalizados en Aragón con la 4ª parte de sus bienes aplicados a los gastos de la guerra, cuya disposición se toma por estar algunos casados con españolas, hace muchos años que residen aquí y tienen familia, y que otros, aunque casados con francesas, han contribuido para esta y la anterior guerra contra la Francia, habiendo todos al naturalizarse renunciado a su patria, y adoptado bajo juramento la España; pero que si a pesar de esto, algunos de ellos, o todos, se condujeren mal, diesen muestras de sospechosos, o se los probare alguna traición, sobre lo que velarán los vecinos honrados, se les confiscará sus bienes y serán castigados, imponiéndoles hasta la pena de muerte, debiendo entre tanto ser respetadas sus personas. 
12º. Que todos los que debieren a los franceses lo manifiesten dentro de 15 días, pena de que si lo ocultaren, se les considerará como encubridores y se confiscarán sus bienes, desterrándolos de Aragón. 
13º. Que todos los empleados, corregidores, alcaldes y demás personas de justicia de todo Aragón, a quienes toca que tengan efecto estas disposiciones dirigidas al bien de la patria y al sostenimiento de nuestra santa religión y los derechos de nuestro rey, serán responsables de su ejecución, depuestos de sus empleos y castigados en caso de omisión o confabulación, que no espero de ninguno de ellos. 
 
Cuartel General de Zaragoza, 23 de agosto de 1808. 
José de Palafox y Melci.

martes, 25 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 25 de Agosto 1808

A las 10 se principió la función habiendo pasado antes el ayuntamiento y luego S.E. a quien recibió el Cabildo, colocándolo en el coro junto al señor deán se dio principio a los laudes y enseguida la misa con la mayor solemnidad. Concluida ésta, dijo su oración fúnebre el padre Basilio Boggiero de Santiago, de las Escuelas Pías, en la que nos hizo ver los prodigios de valor de nuestros conciudadanos, especialmente en el memorable día 15 de junio. Concluida se cantó el último responso saliendo todo el clero alrededor del túmulo, entre ellos S.E., dándose fin con un patético lúgubre Requiescant in pace. 
Hubo guardia a la funerala junto al túmulo y en la plaza del tercer batallón del Pilar que hizo las tres descargas de ordenanza, habiendo en la orilla del Ebro frente al santo templo colocados cuatro cañones cuyo estrepitoso sonido hizo más plausible la función. El Cabildo pasó a dar las gracias a la Ciudad y jefes militares por su asistencia y enseguida salió a acompañar a S.E. hasta la puerta en la que le esperaba la tropa y paisanos que le hicieron una descarga, llenándole el innumerable concurso de vivas y aclamaciones hasta su palacio, a quién siguió el ayuntamiento formado. 
El ilustrísimo señor obispo de Sigüenza asistió a ambas funciones en la tribuna del coro junto al órgano, donde se le puso su almohada, como acostumbra esta iglesia con las personas de su carácter.
Se dio principio a hacer algunas baterías en las inmediaciones de la ciudad, siendo la primera en el puente de la Huerba. Se publicaron dos cartas de S.E. al general de las tropas de Castilla D. Gregorio de la Cuesta, y al gobernador interino del Consejo D. Arias Mon, e igualmente otra que recibió S.E. del conde de Montijo, general de las combinadas de Aragón y Valencia con algunas noticias de Madrid. Las religiosas Catalinas, por haber padecido tanto su convento, se trasladaron al de Jerusalén. Hoy se castiga a una mujer por llevar cartuchos a los enemigos con 200 azotes y magnífica coroza. 
Estos días hubo mucho concurso de gentes forasteras y muchísimos a pies descalzos a visitar a nuestra Señora del Pilar. 
 
CARTAS DE S.E. AL GENERAL DE LAS TROPAS DE CASTILLA 
Excelentísimo señor: por la apreciable carta de V.E. del 14 me he enterado de las ocurrencias que han sobrevenido en el ejército de V.E., y me es del mayor aprecio la enhorabuena que se sirve darme.
He visto que ha instancias del Consejo ha socorrido V.E. a Madrid con lo más escogido de sus tropas, y que se ocupa de arreglar las demás para ponerse en breve en estado de arrojar de nuestra patria los execrables enemigos que a la sombra del engaño y la perfidia, protegidos por algunos traidores y enemigos de nuestro reposo, van huyendo. Los sentimientos que me manifiesta V.E. y que son tan conformes a los de un militar que reúne a los talentos de su profesión el patriotismo más acendrado, me han llenado de satisfacción, y son conformes en todo a mi modo de pensar. En Madrid no se necesita tropa alguna; sus habitantes solos estando armados bastan para defenderse, y harán gustosos todo sacrificio en honor de la justa causa que defendemos, y para vengarse de los viles asesinos del 2 de mayo, y de los ultrajes que han cometido después. 
El ejército francés que ha sitiado esta plaza y huido precipitadamente de ella perseguido por las tropas de este reino, y al paso que esto me proporciona un punto de seguridad para restablecer el cuartel general en el centro, no debo prescindir de la reunión del ejército español, para evitar que la Navarra, Rioja, Castilla y Aragón mismo sean la víctima de sus fuerzas, que creo se reunirán en la orilla izquierda del Ebro, ya que no han podido dominar esta otra parte. En consecuencia, ruego a V.E. que destine su ejercito situado en Madrid hacia Soria o Logroño, para que obrando de concierto con el mío, combinado ya con el de Valencia y las tropas que he podido alistar en Navarra, logremos el digno y honroso fin de nuestros deseos, que es salvar la patria, la religión y los derechos de nuestro legítimo rey. 
Escribo hoy en el mismo sentido al general D. Pedro de Llamas que se halla en Madrid y al gobernador interino del Consejo manifestándoles la inutilidad de que permanezcan las tropas en Madrid, cuando allí no hay enemigos y estos destruyen las provincias mas hermosas de la España, y pueden sacrificar a los valientes defensores de ellas que han acudido a su socorro y que han sabido resistirle con tan pocas fuerzas y a tanta costa. 
Tengo noticia de que el 19 debían entrar en Logroño una división de cinco mil hombres del ejército de Bessières, que sin duda tendrá el objeto de penetrar en Soria, destruir y robar cuanto encuentre donde quiera que llegue y aun volver a Aragón combinando sus fuerzas con las de los sitiadores de esta capital, y de su pretendido rey José. Me lisonjero de que V.E. enterado de todo concurrirá por su parte a impedir tan perniciosas consecuencias. Dios guarde a V.E. muchos años. 
Cuartel General de Zaragoza, 21 de agosto de 1808. José de Palafox. 
Excelentísimo señor D. Gregorio de la Cuesta. 
 
OTRA AL DECANO DEL CONSEJO 
Ilustrísimo señor: cuando creía que el Consejo, noticioso de haber alejado los franceses hasta Burgos y Vitoria, hubiese contribuido a que el ejército de Valencia y el del general Cuesta se situasen en sus intermedios y en posición de poder auxiliar este reino y sus provincias limítrofes, observo con el mayor sentimiento que ha reunido en Madrid ambos ejércitos. Esa capital, armados sus habitantes, sabrá hacer una defensa digna del celo y patriotismo que siempre ha demostrado, y defender su religión, los derechos de su monarca y la integridad y decoro español, y situadas además las fuerzas que  inútilmente tiene en las inmediaciones del enemigo, sabrán estas formar una barrera impenetrable para impedir todo retroceso. 
No podré mirar con indiferencia que el Consejo se desentienda de este principio, y que se olvide que los enemigos reuniendo sus fuerzas, después de devastar las provincias de Castilla, Vizcaya, Rioja y Navarra formen el designio de hacerse fuerte en ellas y ocupar toda la orilla izquierda del Ebro. En vano serían mis fatigas y los esfuerzos nunca bien ponderados de los zaragozanos y aragoneses, si las fuerzas combinadas de todo el reino, teniendo en sus manos el laurel del triunfo, no se apresuren a merecerlo y aspirasen sólo a defender limitadamente su territorio. 
Puesto en el caso de poder ser útil a mi patria, desde luego consideré por tal la España toda, y aunque no he tenido poco quehacer para sostener la capital de Aragón, considerándola como una plaza que había de influir esencialmente en la defensa del resto de la nación, he auxiliado a Navarra, Rioja y Cataluña, y hallado después en estas provincias la recíproca. Me propuse sacrificar mi vida en defensa de mi legítimo rey, de mi religión y mis conciudadanos, y así lo manifesté a la Europa toda en 31 de mayo. Fiel a mis principios, seré invariable en mi plan, y si las consideraciones que preceden fueren fundadas, el Consejo, si no hubiere otras razones más poderosas que ellas, será responsable para mí de las consecuencias que puedan y deban resultar de la permanencia de los ejércitos en Madrid. 
El ejército de Valencia al mando del general D. Pedro Llamas tiene orden de la Junta Suprema de aquel reino para venirse a situar cerca del mío, y aunque días que se me ha participado así, no tengo noticia aún de que haya salido de Madrid. Dios guarde a vuestras señorías muchos años. 
Cuartel General de Zaragoza, 21 de agosto de 1808. José Palafox y Melci. 
Ilustrísimo señor D. Arias Mon y Velarde. 
 
EL CONDE DE MONTIJO A NUESTRO GENERAL 
Excelentísimo señor: después de haber entrado ayer en esta ciudad por medio de las aclamaciones de un inmenso pueblo que se había reunido para ver pasar las tropas de mi mando, vino a cumplimentarme a mi casa con toda ceremonia el ilustrísimo ayuntamiento; recibí sus cordiales afectos en obsequio de la justa causa que defendemos y me pidió quedarse persuadido que, a pesar de haber sufrido por más de dos meses el pesado gobierno de los franceses que por todos los medios habían intentado destruir esta ciudad y pueblos circunvecinos, con todo echaría mano de todos los restos de sus facultades para defender el trono del rey, la causa de la religión y los fueros y privilegios de toda la nación. Contesté en los mismos términos al ilustrísimo ayuntamiento, le aseguré que además de los sentimientos de toda la nación, relaciones personales me unían particularmente a la Navarra; mandé, conforme a las ordenes de V.E. e instrucciones reservadas, que en esta tarde se proclamase (como se ha hecho) a nuestro augusto soberano D. Fernando VII, cuyo acto verificado con la mayor solemnidad presidido por mi, y autorizado por los generales y oficiales y alguna parte de las tropas de mi mando que asistieron formadas a tan solemne proclamación, obliga de nuevo a los tudelanos en la defensa de la causa más justa. Yo tengo la satisfacción de ponerlo todo en noticia de V.E. asegurándole que emplearé con gusto todos los momentos para dar una verdadera dirección a las tropas que se levanten en este reino, y le ruego al mismo tiempo se digne de permitirme pueda dispensarles yo la protección de los ejércitos combinados que V.E. se ha servido de a mi mando. Dios guarde a V.E. muchos años. 
Tudela, 22 de agosto de 1808. Excelentísimo señor. El conde de Montijo. 
Excelentísimo señor capitán general del ejército y reino de Aragón. 
 
En el Diario se insertó la paz con Inglaterra recibida de oficio por S.E. fecha en Londres, en el palacio de la reina, a 4 de julio, con un discurso de los ingleses contra Francia.

lunes, 24 de agosto de 2009

Pececillos


Hola


Las noticias tratan de subir el ánimo. Pero en realidad es la vuelta al juego de siempre -venid, venid pececillos...-. Pienso que se están precipitando al lanzar las cañas, pero siempre hay incautos.
Esperemos al día 1 de Septiembre para ver cuantas persianas permanecen
cerradas "por vacaciones", mostrando la realidad de la crisis.
Suerte a todos.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 24 de Agosto 1808

Este día se trasladaron a su convento las religiosas de Jerusalén desde Zuera, no obstante lo muy derrotado que había quedado. Siguieron las buenas noticias de nuestras tropas en Navarra, y de estar ya próximas al enemigo, el que por dos ocasiones había rehusado llegar a las armas huyendo precipitadamente. 
El ilustrísimo señor obispo de Sigüenza D. Pedro Inocencio Vejerano quien estaba por huir de los franceses en uno de los lugares de su mitra en Aragón, dijo misa en la Santa Capilla. 
 
FUNCIÓN DE EXEQUIAS POR LOS DEFENSORES DEL PRIMER SITIO 
A las 12 dieron principio las campanas de las dos catedrales a la función de exequias que la piedad del ilustrísimo Cabildo había determinado consagrar a la buena memoria de los valerosos defensores de Zaragoza muertos en las heroicas acciones de su sitio, y a las 5, con asistencia del ayuntamiento convidado del Cabildo y el excelentísimo señor D. Francisco Palafox con varios oficiales de graduación incorporados en los bancos de la ciudad, se cantó un solemne oficio por todo el clero, y capillas de ambas iglesias que duró hasta las 7, finalizándose con el responso de rúbrica. El presbiterio, sillas, púlpitos y bancos, todo estaba enlutado y en su centro se colocó el magnífico capelardente que solo usa el Cabildo para sus prelados, donde había un túmulo sepulcral cubierto con el rico paño capitular, bordado de oro con las armas de la Iglesia, en el que ardían mas de 300 luces, y en los ángulos de su remate estaban colocadas al aire las cuatro banderas que el Real Cuerpo de Carabineros ofreció a Nuestra Señora concluida la guerra de Francia año 1795, y se ven sobre la repisa de su tabernáculo al frente del coreto, a cuya función asistió numeroso concurso.

domingo, 23 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 23 de Agosto 1808

Este día no ocurrió cosa especial en esta plaza, sólo se cogieron tres franceses por espías que se presentaron a S.E., y le dieron 200 azotes al molinero de Villamayor por no haber querido moler la harina del pósito, por moler la del enemigo. Las Carmelitas Descalzas se trasladaron a su convento. Se fueron habilitando más las calles, quitando fosos y las baterías, y quedó la Audiencia sin ningún enfermo. Los religiosos del Carmen se volvieron a su convento, no pudiendo oficiar en su iglesia por estar del todo arruinada, pero tenían el coro en la de su colegio. Salió la Gaceta con la carta de los tudelanos a S.E. y la respuesta, con la huída de los franceses a Valtierra y Catarroso, y que nuestras tropas habían entrado ya en Tudela, y además la derrota del enemigo en Gerona. 
 
CARTA DE LA JUNTA DE GERONA 
Excelentísimo señor: a las 12 de este día acaba de llegar la plausible noticia de la derrota del enemigo común en Gerona por un  oficio del tenor siguiente: 
Campo de batalla, 16 de agosto a la una del día. Queda derrotado enteramente el ejército francés de Gerona, y esta ciudad libre de sus angustias. Todos los cañones y bagajes en nuestro poder y una batería ardiendo. En otro parte detallaré la acción. Ha creído esta Junta no deber retardar un momento participar a V.E. tan feliz acontecimiento, el que reunido a los gloriosos laureles de V.E. que se ha coronado con la restauración de su capital y reino, ha puesto el colmo al inexplicable júbilo de estos ciudadanos, haciendo en celebridad de ambos sucesos, las demostraciones de alegría más extraordinarias a favor de nuestro amado monarca Fernando VII y de sus esclarecidos y heroicos defensores. 
Dios guarde a V.E muchos años. Lérida y agosto 19 de 1808. 
Excelentísimo señor. Atanasio Pinós. Ignacio Foncillas. De acuerdo de la Junta. Manuel Funter, secretario. 
Excelentísimo señor capitán general del ejército y reino de Aragón. 
 
LA CIUDAD DE TUDELA AL CAPITÁN GENERAL DE ARAGÓN 
Excelentísimo señor: muy señor nuestro y de toda nuestra atención. En este momento en que los enemigos acaban de desalojar esta ciudad, que ha tenido la desgracia de existir la más terrible tiranía desde el 8 de junio en que la subyugaron. En este momento, señor, en que podemos respirar con libertad aquellos agradables sentimientos de felicidad hacia nuestro legítimo soberano, nos dirigimos a V.E. con aquel agradecimiento con que un esclavo libertado se dirige a su libertador. 
Reconocemos firmemente que solo el ánimo constante y generoso de V.E. es quien ha podido abatir el orgullo del ejército enemigo, haciéndole retirar con ignominia. Damos a V.E. la enhorabuena; nosotros nos la tomamos como tan interesados, y ya desde este momento se reputa este pueblo por el más feliz en medio de sus fatigas y trabajos, cuando mira la causa de haberlos padecido, que continuamente se nos ha estado repitiendo como pretexto para hacer más tirana nuestra servidumbre. En fin, señor, aquí tiene V.E. la ciudad fiel, la ciudad libertada y un pueblo agradecido, que en medio de su cautiverio ha despreciado los alivios que las súplicas pudieran proporcionarle; y que como siempre sólo esperan sus habitadores el momento de sacrificarse por el rey, la religión y la patria bajo los auspicios de V.E. si tenemos la satisfacción, como esperamos, de ser merecedores de su amparo. Dios guarde a V.E. muchos años. 
Tudela y agosto a las 7 de la mañana de hoy 20 de 1808. 
Excelentísimo señor. B.L.M. de V.E. sus atentos servidores. José Amescua y Cortés. Antonio Miranda y Bravo. Joaquín Borja. Ramón Pérez. Telesforo Iturralde. 
Alcalde y ayuntamiento de la ciudad de Tudela, cabeza de su merindad. Con su acuerdo, José de Yanguas y Miranda, secretario. 
Excelentísimo señor D. José Rebolledo de Palafox y Melci. 
 
CONTESTACIÓN 
Nunca creí, señores, cuando en primeros de junio envié a petición de vuestras señorías a Tudela armas, municiones y una división de tres mil hombres al mando de mi hermano para su defensa, ver el resultado tan poco digno de las vivísimas expresiones con que esa cabeza de merindad, y toda ella me manifestaban sus deseos de lograr el amparo de Aragón, decidido desde un principio por nuestro amado soberano Fernando VII con el objeto de defenderse e impedir la entrada de las tropas francesas que tanto han desbaratado esta provincia, por no haberse sostenido esta ciudad. 
No dudo del verdadero afecto de este pueblo noble y generosos a nuestro soberano, pero recelo de algunos cuyas traiciones han manchado el nombre español, y cuyos intereses particulares arrastraron quizá a la violencia y opresión del enemigo causando daños positivos a los honrados aragoneses, en cuya defensa tomo yo la mayor parte. Sea en buena hora recibido por mi el homenaje que nuevamente tributa a nuestro amado soberano esa ciudad y merindad. El reino de Aragón la abrigará en su seno y la sabrá conservar limpia y libre de enemigos encubiertos, tomando a su cargo la grande obra de extinguirlos y darles el justo castigo que merecen los traidores. 
Enviaré un gobernador y comandante militar que bajo mis principios y detalle que observa este reino invencible restituya el buen orden y disciplina, forme los alistamientos y exija la justa y moderada contribución que ha acordado, en cambio del crecido número de fusiles y demás municiones de guerra que no ha sabido conservar. 
El augusto rey Fernando sabrá conciliar la situación en que se ha visto esta ciudad con la debilidad que dio causa a ella en los principios, y sabrá perdonar errores que tanto han costado a esta nobilísima ciudad por la generosidad con que lo ha sufrido. Envíenme vuestras señorías un detalle de lo ocurrido en esta época, y espero que en adelante acreditarán en adelante su amor y lealtad a nuestro soberano, cuya causa, si como Aragón la defendiese esa ciudad noble y valerosa hasta que no quede piedra sobre piedra, podrá esperar entonces todo auxilio. Tal es el modo con que respondo a su apreciable carta que me ha sido lisonjera, tanto como amargo el recuerdo de su error; entretanto, procuro los medios más oportunos para su felicidad, bajo las reglas que constituyen la nuestra. Dios guarde a vuestras señorías muchos años. 
Zaragoza 22 de agosto de 1808. José de Palafox y Melci. Señores alcalde y ayuntamiento de Tudela, cabeza de merindad.

sábado, 22 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 22 de Agosto 1808

Hoy volvió el tribunal de la Real Audiencia al curso de todos sus negocios civiles y criminales, en la casa de Plasencia, por estar aún la Audiencia con los enfermos del Hospital, aunque ya se iban llevando a la Misericordia. Se supo que había mandado S.E. ir al castillo de Jaca al regente de la misma D. José Villa y Torre preso desde el 20 del pasado en la Inquisición, privándole de todos sus empleos y honores e inhibiéndole de pretender cosa alguna, e igualmente el general D. Jorge Juan de Guillelmi al castillo de Monzón. A las 5 de la mañana fue arcabuceado, junto al árbol grande de Convalecientes el teniente coronel D. Vicente Falcó, comandante del punto de Torrero desamparado por su tropa como ya queda dicho. Este mismo día se enterró en la iglesia del Pilar el teniente coronel D. Rafael Estrada, comandante del 3º de Aragón  que fue herido de un balazo en la rodilla, estando mandando la batería de Santa Catalina cuando entraron los franceses. 
Ayer salieron para la ciudad de Sangüesa los regimientos de Extremadura y Suizos con el mariscal de campo D. Juan O´Neille, donde le esperaban los Voluntarios de Castilla, Aragón, con otras tropas, con quien remitía S.E. la siguiente proclama. 
 
TUDELANOS 
Ya habéis  conocido las cadenas que oprimen la razón, y podéis estar convencidos de que éstas sólo son el premio de la debilidad. Con el ejemplo de Aragón y el cuadro que os presenta Zaragoza está demostrada esta verdad. El ejército vencido del emperador de los franceses, ¿Qué podrá hacer en vuestro daño si Aragón os protege? Si sois fieles a éste, si os defendéis, ¿los navarros cómo han de ser vencidos? Tomad las armas, disfrutad del sólo, del único bien de los felices españoles, que es pelear por nuestro rey, por nuestra patria y por nuestra santa religión. Disfrutad también de nuestros consuelos, haceos dignos de la victoria que nuestras banderas que saben sujetar las águilas altaneras os la procurarán. Nada hay mas agradable que el bélico sonido de las armas, y si creéis que es difícil el vencer, preguntárselo a los habitantes de Zaragoza y sabréis que sólo es la victoria de quien la quiere, solo el triunfo el del valor. Vuestro rey os llama, la Navarra culpa vuestra tardanza, no hay un solo español que no empuñe el fulminante rayo contra el tirano, y no seáis los de Tudela los postreros.
Dado en mi Cuartel General de Zaragoza, a 22 de agosto de 1808. 
Palafox 
 
NOTICIAS DE OFICIO HOY 22 
El ejército enemigo después de su retirada de los campos de Zaragoza y reino de Aragón, hizo alto en Tudela, donde dio muestras de querer fortificarse. Nuestras tropas combinadas tomaron las posiciones de Borja, Tarazona y sus cercanías al mismo tiempo que la división de la derecha al mando del señor marqués de Lazán, que conservaba la posición de Sádaba, desalojó una corta división de franceses que ocupó Sos por algunas horas, y dejando allí un pequeño destacamento de su vanguardia ejecutó una contramarcha, dirigiéndose por Ejea a Tauste, para pasar el Ebro y cargar sobre Tudela, lo que observado por los enemigos les obligó a abandonar aquel punto, saliendo precipitadamente con dirección a Valtierra y Catarroso. Se ignora el objeto pero su marcha parece ser la plaza de Pamplona, donde reúnen mayor número de tropas que estos días anteriores. Ha salido de esta plaza y de la villa de Mallén una división de tres mil hombres al mando del mariscal de campo D. Juan O´Neille con destino a Cinco Villas.

viernes, 21 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 21 de Agosto 1808

Día señalado para la función que el ilustrísimo Cabildo había determinado hacer a Nuestra Señora del Pilar en acción de gracias por la protección que nos había dispensado. El Cabildo convidó a S.E. al ayuntamiento, jefes militares y oficialidad, al que recibió el Cabildo acompañándole al coro, dándole silla inmediata al deán; enseguida se cantó el Te Deum según costumbre, y oración de rúbrica, y la misa del rezo nuevo a nuestra patrona, en la que predicó el reverendo padre M. Fray Faustino Garroberea del orden de los Mínimos. Concluida la función, acompañado S.E. del Cabildo y Ciudad, se despidió en la puerta de la iglesia, repitiendo gracias a ambos cuerpos. 
Se tuvo noticia que los enemigos estaban en Tudela, a donde en breve debían llegar las tropas valencianas con su general el conde de Montijo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 20 de Agosto 1808

Antes de darse principio a la real función se vio Zaragoza llena de gozo en los semblantes de todos sus habitantes. A las 9 ya estaba toda la tropa de la guarnición formada en las inmediaciones de palacio. La Real Audiencia erigió un tablado inmediato a la misma donde acudieron todos sus ministros de ceremonia. Las calles estaban todas limpias y los tablados con sus alfombras, y a poco mas de las 9 acudió un número considerable de oficiales militares, de nobles, caballeros y ciudadanos que, deseosos todos de asistir a un acto de tanta satisfacción, acudieron a las Casas Consistoriales e incorporándose con la Ciudad, llevando el real pendón el teniente coronel D. Rafael Franco, regidor decano, a la derecha del caballero Intendente corregidor se encaminaron al primer tablado, y habiendo subido a él los señores Intendente, alférez mayor, los reyes de armas y los secretarios de ayuntamiento, y hechos los anuncios acostumbrados, levantó el real pendón dicho señor decano y proclamó en alta voz por tres veces a nuestro católico monarca Fernando VII por rey de España, de Castilla, de Aragón y de Zaragoza, prorrumpiendo todo el concurso en vivas de la mayor expresión, y habiendo salido S.E. al balcón tuvo la satisfacción de ver al pueblo lleno de un gozo general que se excedía a si mismo. 
Concluido este primer acto se formó la comitiva en el orden siguiente: rompían la marcha algunos soldados de caballería, a quien seguían dos compañías de Voluntarios de Aragón, interpolados de paisanos; luego los timbales y clarines de la ciudad a quien precedía el alguacil mayor con seis de sus dependientes de formalidad, los maceros y los capitulares interpolados con toda la oficialidad y ciudadanos, y a lo último los nobles, títulos, jefes militares, cerrándola el caballero Intendente corregidor que llevaba al regidor decano como alférez mayor a la derecha, y delante los cuatro reyes de armas, a saber, D. Mariano Monzón, D. Pedro Enfedaque, D. Joaquín García Fulla y D. Joaquín Loscertales, y por escolta otra compañía de paisanos armados y 200 caballos. Con este orden llegaron a la plaza del Pilar donde se celebró el 2º acto, el 3º en el Mercado, y de allí al Coso donde se hizo la última proclama y habiendo llegado a la plaza de la Seo y colocado el real pendón a los pies del real retrato que estaba iluminado, se dio fin a la función a las 11 dadas. 
Inmediatamente pasó la Ciudad a cumplimentar a S.E. al que convidó a comer a los principales jefes, nobleza, títulos, ministros y prebendados hasta el número de 80, en cuya mesa reinó la mayor armonía y abundancia, brindando a la salud de Su Majestad cuyo real retrato y pendón fue guardado por los Guardias de Corps con espada en mano alternativamente día y noche sin intermisión. Siguieron las luminarias por la noche, campaneo y tiros, estando muy concurrida la plaza de la Seo a presentarse al real retrato. 
Este día se supo que los franceses habían huido precipitadamente de Tudela, temerosos de que nuestros ejércitos los cogiesen, y que en Sos habían entrado el 17 donde por espacio de 8 horas habían robado y ejecutado muchas muertes y atrocidades. 
 
ARTICULO DE LA GACETA DE ZARAGOZA 
Las grandes y heroicas hazañas ejecutadas por nuestros ciudadanos en la defensa de esta capital, al paso que han merecido y merecen la gratitud del gobierno, manifestada en Gaceta extraordinaria, ocupa igualmente su atención para transmitir a la posteridad la memoria de tan estupendos sucesos, a cuyo efecto se están recogiendo los partes, oficios y otros documentos para dar al público con la posible brevedad un resumen de lo acaecido en el memorable asedio de esta ciudad, que atendidas las circunstancias no tiene semejante en la historia.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 19 de Agosto 1808

Este día fue ya más alegre que los anteriores, por ser uno de los tres señalados para las iluminaciones y regocijos por la proclamación de nuestro católico monarca Fernando VII, lo que se anunció mediante un bando impreso y Gaceta extraordinaria. Se encontraron nuevamente en las casas y barrios ocupados por los franceses, y se fueron arreglando otros al estilo antiguo, removiendo los enfermos de la Audiencia a la Casa de Misericordia, donde por ahora se trasladó el Hospital General. Las religiosas de Santa Lucía se restituyeron asimismo a su convento. 
A las 12 en punto echaron a bando las campanas de toda la ciudad para anunciar la proclamación, y lo mismo se repitió a la noche, a cuya hora empezaron las luminarias que fueron muy vistosas así en la Casa de la ciudad, como en el palacio de S.E., portadas de las metropolitanas, casa de Sástago , que se colgó de damascos con el retrato de nuestro monarca, y en casa del comerciante D. Felipe San Clemente. Se dispuso otro balcón en la Casa de la ciudad encima de la puerta del Ángel donde siempre se acostumbraba colocar el real pendón, y se levantaron cuatro tablados, uno frente al palacio de S.E., y los otros en la plaza del Pilar, Mercado y Coso, y todos los vecinos se esmeraron en componer su frontera a pesar del poco tiempo y circunstancias pasadas. 
 
BANDO 
El corregidor, regidores, ayuntamiento de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Zaragoza, capital del reino de Aragón. 
Hacemos saber: que habiendo manifestado el excelentísimo señor D. José Rebolledo de Palafox, capitán general de este ejército y reino los vivos deseos de proclamar al rey nuestro señor D. Fernando VII (cuyo acto ya se determinó el 9 de junio próximo y no ha podido realizarse por haberse presentado el enemigo a la vista de esta capital, y teniendo que atender a su defensa) resolvió en la tarde de ayer lo verificásemos en el modo posible el sábado próximo 20 de los corrientes. A su consecuencia se previene al público que se ejecutará a pie dicha proclamación, dando principio a ella a las 9 de la mañana, para cuyo fin se han mandado colocar cuatro tablados: el 1º en la plaza de la Seo, frente al palacio arzobispal en que al presenta habita S.E. El 2º en la plaza del Pilar, 3º en el Mercado, y el 4º en el Coso. Se ha resuelto igualmente conducir el real pendón por las calles y plaza del Pilar, Sombrerería, Mercado, Alabardería, Coso, San Gil y Cuchillería hasta las Casas de la ciudad en la que se colocará sobre el balcón de la puerta del Ángel en conformidad de los que se practica en estos casos. Nos prometemos la conocida fidelidad de los diputados, de los cuerpo, de los ciudadanos, militares y demás personas de distinción de esta capital que considerando la premura de tiempo no ha permitido que se hiciera el convite personal con las solemnidades de estilo, se servirán disimular esta falta de obsequio y concurrirán gustosos dicho día a las Casas de la ciudad a los 9 cuartos para las 9, a fin de acompañarnos en un acto de tanto regocijo. 
Igualmente se previene se adorne la citada carrera y que por ella no transiten coches ni carros desde las 8 de la referida mañana, que durante ella no se disparen voladores, tiros ni otra ninguna invención de pólvora. Que ninguna mujer ni hombre lleve a sus hijos menores de 7 años y, finalmente, que en las noches de los días 19, 20 y 21 haya iluminación general en toda la ciudad y repique general de campanas. 
Todo lo que mandamos publicar por el presente edicto, y que se fije en los parajes acostumbrados para un más exacto cumplimiento. 
Zaragoza, 18 de agosto de 1808. 
Lorenzo Calvo de Rozas, corregidor. 
Por Zaragoza, Pablo Fernández Treviño. Secretario. 
 
GACETA EXTRAORDINARIA DE ZARAGOZA DEL 18 DE AGOSTO 
El día 15 del presente mes se cantó un solemne Te Deum en la santa iglesia metropolitana de Nuestra Señora del Pilar en acción de gracias al Altísimo por haber quedado libres de nuestros enemigos. Esta función causó un regocijo extraordinario a todos los habitantes de la ciudad que concurrieron a este acto religioso lleno de fervor por su digna y milagrosa patrona, y mostrando en sus semblantes los sentimientos de religión, mezclados con las lágrimas de sinceridad y de alegría que abrigaban sus corazones. Dispuso la función el ilustrísimo ayuntamiento y se ejecutó en la forma siguiente. A las 6 de la tarde se formó éste en las Casas de la ciudad y, precedido aviso por uno de los secretarios del excelentísimo señor conde de Montijo, general de división de las tropas combinadas de Valencia y Aragón que acababa de llegar, concurrió junto con los demás jefes de los regimientos y tercios de ejército de este reino, y varios oficiales interpolados con los caballeros regidores. Presidió la comitiva el excelentísimo señor capitán general llevando a su lado al Intendente regidor y regidor decano, y detrás todos los edecanes y ayudantes de campo de S.E. En las calles de tránsito estaba tendida la tropa, y las repetidas salvas de artillería, descargas de fusilería, y repique general de campanas solemnizaron más y más tan respetable demostración. Concluido se retiró con igual formación acompañando a S.E. el ayuntamiento hasta su casa. 
Consiguiente a lo dispuesto a propuesta de S.E. en la Junta Suprema de diputados del reino del 9 de junio, ha resuelto que proclame el próximo día 20 a nuestro amado monarca, supuesto que los enemigos incomodándonos día y noche nos han retardado esta satisfacción. En tan augusta ceremonia no resultarán la brillantez y lujo que en tales casos se acostumbra por haberse arruinado muchas casas y perdido en ellas sus vestidos varios de los que han de asistir al acto, y por que hace dos meses y medio que en esta capital todas las labores y costuras se han reducido privativamente a uniformes y camisas para los soldados, y a sacos de tierra para las baterías y trincheras. A la ostentación, pues,  sustituirán la pureza y candor de los corazones aragoneses, y la comitiva y concurrencia se compondrá de un gran número de los ilustres y esforzados militares y paisanos que han defendido esta capital, a la religión, a su rey, y a la grandeza del nombre español. 
Habiendo manifestado el caballero Intendente D. Lorenzo Calvo de Rozas a S.E. sus deseos de restituirse a su casa, respecto de no ser ya necesario por haber cesado en algún modo los motivos que le obligaron a servirlo, y pedido que después de haber  dado cuenta de los ramos que han estado a su cargo, tuviese bien a darle una certificación de su buen desempeño, ofreciendo S.E. en todo tiempo estaría pronto a sacrificarse, en cuanto pudiese a favor del reino de Aragón, donde tantas distinciones y muestras de aprecio le habían dispensado, le ha pasado a S.E, el siguiente oficio, no pudiendo prescindir de los servicios tan importantes que ha hecho al reino el referido Intendente así en el desempeño de sus ministerios, como en acudir a cualesquiera hora a todos los ataques que han ocurrido, despreciando todos los peligros, y animando con su ejemplo a todos. 
 
COPIA DEL OFICIO 
He depuesto del empleo de Intendente de este ejército y reino al coronel D. Ignacio Garcini, y de todos los demás cargos que ejercía en Aragón. En consecuencia, dispondrá V.S. formar inventario de todos los bienes y efectos existentes en su casa, o que puedan pertenecerle, dándome parte de los que fueren trasladando a la casa que habitaba el mismo la oficina de Intendencia y pasando V.S. a ocuparla con su familia si hubiere bastante capacidad. 
El nombramiento que hice en V.S. el día 3 de junio para Intendente interino de este ejército y reino, y para corregidor de esta capital precisando a V.S. a que sirviese a ambos destinos, lo confirmo ahora a nombre de Su Majestad, está reconocido y aprobado por las Cortes. Deberá V.S. continuar sin excusa desempeñando uno y otro empleo con el celo extraordinario y patriotismo que hasta ahora ha demostrado, y me prometo de su honor y eficacia. 
Dios guarde a V.S. muchos años. 
Cuartel General de Zaragoza, 15 de agosto de 1808. 
José de Palafox y Melci. 
Señor D. Lorenzo Calvo de Rozas. 
 
A fin de no excusar medio alguno de cuantos puedan influir en la defensa del reino, y para que todo se haga con la prontitud conveniente y que reclama el bien general de la España siguiendo el plan publicado, reunió S.E. a los individuos del ilustrísimo ayuntamiento, a un individuo del ilustrísimo Cabildo eclesiástico, a un diputado del comercio en representación de todos los gremios, y después de expresar a todos los deseos que animan a S.E. de acelerar el bien y reunión de las provincias y la conformidad de algunas de ellas, manifestó había nombrado como diputados del reino de Aragón al excelentísimo señor conde de Sástago, grande de España de 1ª clase, caballero gran cruz de Carlos III como Gran Contestable de la Corona de Aragón. Al excelentísimo señor D. Francisco de Palafox y Melci, brigadier de los ejércitos, caballero del hábito de San Juan, comendador de Aceuche en la de Alcántara, primer Caballerizo y gentilhombre de cámara de Su Majestad, con ejercicio; y al referido D. Lorenzo Calvo de Rozas. Y habiendo aprobado todos los señores concurrentes esta elección, les manifestó S.E. se pondría inmediatamente en camino para Guadalajara, y que la Suprema Junta de Valencia había destinado nuevas tropas al socorro de Aragón, que vienen mandadas por el general D. Juan O´neille, que se halla ya en Teruel, y que el supremo Consejo de Castilla en medio de los cortos recursos por haber robado los franceses el dinero y preciosidades de Madrid, había remitido a Calatayud 300.000 reales vellón para atender a los inmediatos gastos indispensables de nuestro ejército, ofreciendo hacer cuanto esté de su parte para socorrer a este reino que con tanto honor y gloria se ha defendido de los enemigos. 
Todos estos esfuerzos, los que hasta ahora ha hecho el reino de Aragón y en adelante hará toda la España serían inútiles si no se completase la grande obra que tan felizmente hemos sostenido hasta aquí; en consecuencia S.E. declara y manda que todos los solteros que han sido alistados para los tercios del reino agregados a regimientos de línea para su completo, hayan de continuar el servicio sin la menor excusa excepto solo los que por dolencias habituales, o corta talla o constitución, hayan sido o puedan ser desechados, y que solo los casados puedan exceptuarse del servicio, mediante que hacen falta para el cuidado de sus haciendas y familia. Que una vez arreglado el número de tropas que necesita Aragón para arrojar a los franceses y defender todas sus fronteras se cuidará de sacarlas de los pueblos en proporción de los solteros útiles que hubiese en cada uno, y que este alistamiento no cesará mientras hubiese enemigos a quienes rechazar y hasta que esté asegurado en el trono nuestro legítimo monarca. 
Entre la infinidad de cañones, municiones y víveres que los enemigos abandonaron en su vergonzosa fuga, se ha cogido en San Lamberto una fragua, cantidad de esposas que tenían dispuestas e iban fabricando para llevar encadenados a Francia o al norte los soldados y jóvenes aragoneses, del mismo modo que lo han practicado en Italia, Alemania, Portugal y otros países que han tenido la desgracia de ser dominados por el detestable gobierno francés.

martes, 18 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 18 de Agosto 1808

Se siguió haciendo lo mismo que los días anteriores y se supo haber pasado el ejército valenciano en número de diez mil hombres a Navarra, a cortar el paso a los franceses, y se trajeron de Pedrola tres oficiales prisioneros portugueses y como unos 50 soldados que, sin duda, habían ido a robar alguno y como no supieron la marcha del ejército se hallaron cortados. Se han descubierto más ruinas entre otras el convento de las Capuchinas cuyas religiosas se marcharon a Huesca. 
Hoy se ha enterrado de limosna en la Seo una religiosa de las recogidas que ha muerto de resultas de las heridas que le dieron cuando entraron en su convento. 
Se publicaron dos bandos, el 1º de S.E. relativo a recoger las escopetas y armas que habían dado los vecinos y estaban en la Casa de la ciudad; y el otro del señor Intendente mandando se cerrasen las zanjas de las calles por los vecinos inmediatos a ellas, desocupando las sacas que servían de baterías para emplear las telas.

lunes, 17 de agosto de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 17 de Agosto 1808

Se prosiguió en traer a la ciudad provisiones del campamento enemigo y en quitar algunos de los muchos embarazos de las calles, y en sacar las enronas de las casas para habilitarlas, aunque la mayor parte quedó enteramente inhabitables. 
La ciudad tuvo ayuntamiento extraordinario en virtud de una carta de nuestro católico monarca Fernando VII de 9 de abril, remitida por el Supremo Consejo de Castilla en que mandaba que se proclamase, cuya carta ha detenido el Consejo mientras han estado los franceses en Madrid, y en su vista determinó la proclama, para el sábado 20 sin más demora, a cuyo fin se tomaron las providencias necesarias. 
Salió la Gaceta con lo ocurrido por los franceses en Zaragoza hasta su fuga con dos cartas de S.E. a los generales de los ejércitos de España, y noticias de nuestro ejército de Aragón. 
 
GACETA EXTRAORDINARIA DE ZARAGOZA 17 DE AGOSTO 
Cartas escritas por nuestro general a las Juntas Superiores de Valencia, Cataluña, Asturias, Galicia, Andalucía, Castilla y Extremadura. 
Habiendo recibido dos oficios de D. Arias Mon y Velarde gobernador interino del Consejo de Castilla en que me comunicaba la agradable noticia de haber evacuado los franceses aquella capital, le he dado contestación que advertirá a V.E. del adjunto impreso. 
Me ha parecido conveniente y muy justo el contar con V.E. antes de designar el lugar y época de la Junta de Diputados, que me parece podría celebrarse en Teruel, Guadalajara o Cuenca, cuya situación es aparente al caso, y en donde libre de las distracciones que ofrece una población muy numerosa podrán resolver los asuntos con prontitud y acierto. 
Los enemigos después de estar tan obstinados en los repetidos ataques contra esta ciudad, repitieron el bombardeo de ella, en los días 3 y 4 del presente, arrojando un sinnúmero de bombas y causando bastante daño. El mismo día 4, sin dejar el bombardeo, atacaron con 12 piezas de cañón una de las baterías y después de una defensa la más gloriosa que puede hacerse y que duró ocho horas, derribaron las tapias de las inmediaciones a las baterías y se internaron en la ciudad, aunque sin apoderarse de la artillería, que salvamos. Internados ya, se les opuso tal resistencia en las calles inmediatas, y fue tan enorme su mortandad, que los franceses se acordarán con no poca pena de este suceso. En el día se hallan limitados a un corto recinto que ocupan de la ciudad y si las tropas que V.E. me ha destinado, y que agradezco extraordinariamente, llegan presto, me lisonjeo de que podré acabar con ellos, con lo cual estos habitantes, cuya constancia admira, quedarán consolados, olvidarán los males que han sufrido, y sufren, y yo tendré el mayor consuelo. 
Zaragoza, 9 de agosto de 1808. 
José de Palafox y Melci. 
OTRA DE 14 DIRIGIDA POR EXTRAORDINARIO 
Excelentísimo señor: Tengo la satisfacción de participar a V.E. que el ejército francés que durante dos meses ha afligido esta ciudad, ejerciendo la conducta más abominable que se ha visto jamás, se ha huido en la madrugada de este día, abandonando una infinidad de artillería, municiones, víveres y otros efectos. Intentó por la noche un nuevo ataque dentro de la ciudad por el pequeño recinto que ocupaba, pero fue acometido por las valerosas tropas que la defienden con tal denuedo que hubo de huir precipitadamente. 
En esta misma noche sale una división de cuatro mil hombres de excelentes tropas a cortarles el paso por Navarra donde se les reunirá otras y paisanos armados de aquel país, y las tropas que en número de seis mil hombres me llegarán mañana de Valencia, unidas a otros cuatro mil del ejército formado en Calatayud, seguirán el alcance de su retaguardia para castigarles y evitar que (según acostumbran) cometan en el tránsito nuevos robos, vejaciones y perfidias en los pueblos. 
Se ha celebrado hoy con general descarga y repique de campanas este feliz suceso, y mañana se cantará un solemne Te Deum en acción de gracias al Altísimo. Conviene mucho acelerar la reunión de diputados de todas las provincias de España, y creo conveniente para ellos fijar un día, que podría ser el 10 de próximo septiembre. Así lo aviso a los demás generales y Juntas Supremas de todo el reino, y espero que V.E., si lo estimase conveniente, me avisará su conformidad. Dios guarde a V.E. muchos años. 
Cuartel General de Zaragoza, 14 de agosto de 1808. 
José de Palafox y Melci. 
Con fecha del 14 se ha escrito en el mismo sentido al gobernador interino del Consejo de Castilla para noticia de aquel tribunal. 
NOTICIAS PARTICULARES DEL REINO 
Una columna de fugitivos franceses en número de 700 a 800 hombres se presentó en las inmediaciones de Sos la mañana del día 13, atacó con una obstinación terrible, mas los paisanos armados allí, unidos a las compañías de Navarra al mando de D. Andrés Eguaguirre sostuvieron el ataque por espacio de cinco horas con tal vigor y denuedo que, el enemigo después de haber perdido mas de 100 hombres muertos y heridos, entre ellos el comandante, abandonó el campo y fue perseguido por los nuestros más de una legua.