Toda la noche nos estuvieron haciendo fuego de todos los puntos y, noticiosos de choque del día anterior, retrocediendo todos los acampados por el camino de Barcelona y antes de las 5 de la mañana se presentaron contra nuestras avanzadas de la torre del Arzobispo y se trabó otra acción que también fue anunciada por la campana del reloj mayor y generala en la que se les hizo mucho daño, aunque los nuestros padecieron muchísimo porque los enemigos hicieron una defensa bárbara, pero a su pesar logró nuestra tropa igual derrota que la tarde antecedente matándoles muchos y cogiéndoles bastantes prisioneros, caballerías, mochilas y equipajes.
Nosotros tuvimos ocho muertos y algunos heridos, pero se les hizo huir hasta más allá del río Gállego, con cuyas dos acciones quedaron muy escarmentados y no solamente en esta parte sino también en las puertas de Santa Engracia, Sancho y Portillo, donde todos estos días hubo acciones de valor.
Esta acción fue igualmente dirigida por el coronel D. Fernando Butrón y se hallaron las mismas tropas que en la anterior; acometidos por tres columnas que todas juntas los atacaron, habiendo sido la acción como a medio tiro de fusil, a cuya sazón se hallaban en las inmediaciones de la torre del Arzobispo cuando, llegando una compañía de refuerzo de Extremadura y la de los paisanos, cargaron con tanto denuedo contra los enemigos que no estuvo dudosa la victoria un solo momento, mayormente luego que D. Gerónimo Piñeiro, comandante de nuestra artillería volante rompió el fuego con un violento; consistiendo su pérdida en más de 100 muertos, muchos heridos, cinco prisioneros, 150 fusiles y muchísimas mochilas, sables y otros efectos, dejando al enemigo lleno de temor y completamente desengañados. S.E. quedó completamente satisfecho de lo bien que se habían portado las tropas y valientes paisanos.
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