Habiendo salido una partida de 100 hombres a la descubierta al mando del coronel D. Manuel Viana con otra de Dragones del Rey y un cañón de campaña, antes de llegar al partidero de Cogullada fueron acometidos de los franceses que estaban emboscados detrás de unos matorrales y aunque la acción fue muy reñida, tuvimos bastantes muertos y heridos, y lo más sensible, la pérdida de dicho comandante Viana que gloriosamente acabó sus días lleno de heridas de sablazos y golpes de lanza por no quererse rendir, cuya pérdida la causó el haber avanzado demasiado y el abandono de los Dragones que en lo más reñido de la acción dieron a huir, impidiendo que la artillería pudiese hacer fuego, y se apoderaron los enemigos, y lo colocaron al otro lado del puente de Gállego junto al Batán. Esta desgraciada acción fue muy sentida por toda la guarnición y vecindario y exasperó los ánimos contra los Dragones quienes en todas las ocasiones han mostrado un temor y pánico que les hace muy poco honor y odiosos a los demás soldados y paisanos y además la pérdida del digno comandante D. Manuel Viana, cuyo cadáver fue enterrado en San Lázaro con todos los honores militares.
En la puerta del Carmen hubo también varias escaramuzas y cañoneo toda la mañana, perdiendo en ellas al capitán D. Pedro Romeo, oficial anciano y de gran mérito con algunos soldados a causa del grande esfuerzo que hicieron los franceses para ganar el punto del convento de Trinitarios Descalzos que se defendió soberbiamente. Este día arrestaron a D. Santiago Piñuela oidor de la Real Audiencia y al teniente general D. Antonio Cornel, con ocupación de todos sus papeles de orden de la Junta Suprema como vocales de ella, y se paso un oficio a los curas de la Seo, San Felipe y Santa Cruz, sus individuos, para que se abstuvieran de concurrir.
Este día se trasladaron a las 7 de la tarde las monjas de la Encarnación que estaban en Jerusalén al monasterio del Sepulcro.
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