Por la mañana acometieron los franceses con mucho ahinco hacia los puntos de todas las puertas, tirando muchos cañonazos desde las baterías inmediatas a la ciudad, pero todos inútiles, pues se les hizo retirar dejando bastantes muertos y heridos en el campo. Por la otra parte del Ebro no hubo más novedad que apoderarse del molino del Mosnillo, con cuya pérdida no quedaron más que el de las Almas y puente de Tablas. Por la tarde hubo un tiroteo muy grande hacia San Gregorio donde ahora tienen su campamento, lo que tuvieron que abandonar por el valor de nuestras tropas. Se pasaron muchos franceses a los que se les hizo servir con los portugueses y polacos.
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