lunes, 29 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 29 de Junio 1808

"Este día estuvieron los franceses muy quietos, construyendo baterías en Torrero y en las inmediaciones del Castillo, donde colocaron los morteros y obuses para el bombardeo, con cuya novedad la Junta Suprema determinó dar cuenta a nuestro general para que adelantase su venida e hiciese conducir la tropa de línea para sostenernos, e igualmente se comisionó a D. Cristóbal López de Ucenda, su vocal,  para que saliese al encuentro de la tropa valenciana que acababa de llegar a Valdealgorfa y los hiciese venir con la mayor actividad, avisándoles de nuestra crítica situación, y al mismo fin se tomaron nuevas providencias para la mejor defensa. 
El mismo día llegaron dos obuses del castillo de Monzón y 200 hombres armados que se destinaron a la puerta del Portillo, y se sacó la pólvora que estaba en el colegio de San Diego y la Mantería y se trasladó a San Juan de los Panetes, colocándola en el panteón de su iglesia, dándose además orden de traer inmediatamente a esta ciudad la de las fábricas de Villafeliche. Al mismo tiempo salió el siguiente bando del señor Intendente para en caso de invadirnos los franceses.
 
 BANDO
 Hago saber a todos los vecinos y habitantes de Zaragoza que, aunque el enemigo nunca ha estado más imposibilitado que ahora para invadir esta ciudad, siendo conveniente se les instruya del modo  con que debe evitarse toda desgracia por pequeña que sea, y ocurrir todo inconveniente y accidente que pueda haber aun en el caso muy remoto de que algún soldado enemigo llegue a penetrar dentro de ella, deberán para lograr su exterminio sin el menor perjuicio por nuestra parte observar las disposiciones siguientes:
 1º. Todas las mujeres, ancianos y niños se retiren a sus casas cuando hubiera fuego o se toque la generala, y no se presenten por las calles, en inteligencia de que si por no hacerlo así resultare el menor daño, serán responsables de él los padres de familia y los amos que están en su lugar.
 2º. Que en caso de entrar un solo soldado francés (lo que no harán) los vecinos cuiden de tener abiertos los zaguanes de sus casas para refugiarse en ellos los que transiten por las calles, debiendo tener la puerta defendida con armas, con lo que se asegura la defensa sin perjuicio de sus habitantes, pues si cerrasen las puertas, quedarían expuestos a sufrir daños por no poder entrar en sus casas.
 3º. Que desde las ventanas ofendan al enemigo con armas de fuego, piedras o cualquiera otra defensa, por cuyo medio  se logrará su total exterminio, que son los deseos de S.E. y de todo español.
 4º. Habiendo entendido que algunos, tal vez con el fin de intimidar, ha esparcido la voz de que los franceses en Madrid señalaron algunas casas que hicieron fuego contra ellos desde los balcones, debo aclarar que no es cierto y que para una operación semejante en esta capital, que trata de defenderse, no serian bastantes las tropas francesas que hay en España.
 5º. Mediante que van a llegar por momentos a esta capital un crecido número de tropas españolas para escarmiento del ejército francés, cuidaran los vecinos todos de guardar entre tanto el mayor orden, contribuyendo por este medio a que se verifique el buen servicio en las puertas y puntos de defensa, y darán parte de cualquiera que estando de guardia en el momento de un ataque o salida abandone su puesto o se retire a su casa. 
Y para que llegue a noticia de todos estas prevenciones dirigidas a la defensa de sus personas y bienes y a la mayor ofensa del enemigo, he mandado fijar este edicto. 
Zaragoza, 29 de junio de 1808. El Intendente Lorenzo Calvo de Rozas".

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