sábado, 20 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 20 de Junio 1808

"Por la mañana partió el teniente coronel D. Manuel de Ena, edecán de S.E. al campo del enemigo a llevar la contestación del pliego que había remitido el general Lefebvre, y antes del medio día volvió con la respuesta que no querían entregarse, ni marchar, con cuyo motivo se trató de arreglar las compañías al orden de guerra, mandando juntarse todos, y que los demás se fueran a su tierra con pasaportes. Se supo que nuestro general estaba en Longares con algún número de tropa con ánimo de perseguir al enemigo, el cual se mantuvo en el mismo sitio, dando sus correrías hacia el Ebro, vadeándolo para pasarse en caso necesario al Castellar, porno tener en esta parte pueblo alguno que saquear, pues Utebo, Monzalbarba e inmediatos están ya del todo saqueados. En la ciudad se fueron fortificando más las puertas y puntos más principales. 
 
RESPUESTA DE NUESTRO GENERAL AL PLIEGO DEL GENERAL LEFEBVRE 
 
Excelentísimo señor: si Su Majestad el Emperador envía a usted a restablecer la tranquilidad, que nunca ha perdido este país, es bien inútil se tome Su Majestad estos cuidados. Si debo responder a la confianza que me ha hecho este valeroso pueblo de Aragón, sacándome del retiro en que estaba para poner en mi mano su custodia, es claro no llenaría mi deber, abandonándole a la apariencia de una amistad tan poco verdadera. Mi espada guarda las puertas de la capital, y mi honor responde de su seguridad. No deben tomarse, pues, este trabajo esas tropas que aún estarán cansadas de los días 15 y 16. Sean enhorabuena infatigables en sus lides, yo lo seré en mis empeños. Lejos de haberse apagado el incendio que levantó la indignación española a vista de tantas alevosías, se eleva por puntos. 
Se conoce que los espías que usted paga son infieles: gran parte de Cataluña se ha puesto bajo mi mando, y lo mismo no menor de Castilla. Los capitanes generales de ésta y de Valencia están unidos conmigo. Galicia, Extremadura, Asturias y los cuatro reinos de Andalucía están resueltos a vengar sus agravios. Las tropas francesas cometen atrocidades indignas de hombres: saquean, insultan y matan impunemente a los justos que ningún mal les han hecho, ultrajan la religión y queman las sagradas imágenes de un modo inaudito. Ni esto, ni el tono que usted observa aun después de los días 15 y 16, son propios para satisfacer a un pueblo valiente. Usted hará lo que quiera, y yo lo que deba. B.L.M. de usted.
El general de las tropas de Aragón. José Palafox y Melci. 
 
P.D. Son demasiado notorios los robos que han cometido y comete en España el ejército francés, y cada día se comprueba más al ver que todos sus soldados muertos llevan consigo plata de las iglesias, corporales, alhajas de plata y oro hurtadas a los vecinos de los pueblos por donde han transitado. En consecuencia ha declarado el excelentísimo señor capitán general de este ejército y reino que, a excepción de las armas y caballos. Todo cuanto haya en el ejército francés se repartirá entre las tropas españolas que entraren en acción y se apoderen de ello".

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