No cesó el toque de generala desde muy de mañana por el ataque general que acometieron los enemigos, especialmente por las Mónicas y San Agustín, y aunque todo el día fue grande el fuego, el que empezó a las 4 de la tarde llegó a ser mayor pues, habiendo abierto brecha en la pared detrás del altar mayor e introduciéndose en la iglesia el comandante francés con su tropa, fue muerto con todos los de su séquito por los que estaban en el coro y tribunas, siendo esta una de las acciones mas reñidas, logrando echarlos a bayonetazos, llevando a palacio las escalas con que asaltaban el convento, sin contar los prisioneros, y entre ellos dos coroneles. Esta victoria fue dos veces proclamada por S.E. en dos diferentes decretos en que llenaba de lauros a sus defensores. La noche siguió con la misma actividad, y la derrota de los edificios excedió a las anteriores, aumentando la aflicción tanto escombro y bullicio de campaneo y toque de generala, con el cansancio y mudanza de casas, sin contar los muchísimos enfermos y tanto muerto así de las enfermedades, como de los lances de la guerra tan lastimosa.
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