Colocaron los franceses dos baterías nuevas de ocho cañones frente al Ebro, y otra frente al Jardín Botánico, con las que hicieron muchísimo daño. De orden del Acuerdo se mandó, para evitar el hedor de tanto muerto, pues estaban hacinados en algunos atrios de las iglesias y otros parajes, se enterrasen prontamente sin caja y en sepulturas de nueve palmos de hondas. Todo el día hubo mucho tiroteo, y a las 10 de la noche intentaron entrar en la ciudad por dicho Jardín Botánico, metiéndose ayudados de la noche dentro de la huerta de Santa Engracia, a los que hicieron retroceder las Guardias Walonas, en cuya acción murió D. José Sánchez Muñoz, segundo teniente de dicho real cuerpo, ayudando mucho nuestros Voluntarios y paisanos, jugando asimismo la artillería hasta muy entrado el día.
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