Siguió el descanso, pues apenas se oyó un tiro, pero prosiguiendo en sus trabajos y preparativos. Con este motivo se pudo hacer otro molino de harina, también a la orilla del río, con las mismas aguas de las balsas. Se mandó que todos los cuerpos, con sus jefes y oficiales, desde el anochecer estuviesen en sus cuarteles sobre las armas, y los paisanos igualmente prontos con sus armas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario