Viendo nuestro general que los franceses en tantos días que estaban en las inmediaciones de la ciudad se iban acercando y maniobrando demasiado según la construcción de sus obras, determinó que saliesen nuestras tropas a medir sus fuerzas con los enemigos, a cuyo fin mandó esta arriesgada acción al brigadier D. Fernando Butrón, el que, dando las más activas providencias, logró una excelente derrota que dio mucho honor a nuestras tropas y horror al enemigo. La acción fue con los que estaban hacia el Castillo, a los cuales saludaron los nuestros con una descarga que no hay muchos ejemplares, y habiéndola sufrido con la mayor serenidad, hicieron prodigios de valor, pues lograron que los valientes soldados del norte fuesen batidos completamente en el Campo del Sepulcro, pidiendo pasarse a nuestras armas muchos soldados que, viéndose perdidos, no tuvieron otro recurso que rendirse prisioneros, pero conociendo los nuestros que eran muchos para irlos recogiendo, y que vendrían otras columnas a su socorro, la caballería nuestra que salió a la ocasión acabó con ellos, dejando muchos muertos en el campo y recogiendo los caballos que quedaron para nuestro ejército. Este día fue uno de los mas gloriosos de la campaña, en la que se distinguieron muchísimo todas las tropas así de infantería como de caballería, en cuya honrosa memoria mandó S.E. llevasen cuantos se hallaron en ella una cinta encarnada al pecho, lo que se hizo saber mediante proclama. La ciudad de llenó de alegría al ver la bizarría y denuedo de nuestra tropa, y se enardeció nuevamente a favor de la justa causa, teniendo la satisfacción de haber finalizado el año con una acción tan gloriosa, esperando de nuestro Dios por medio de nuestra patrona María Santísima del Pilar, aniquilar en breve a nuestros enemigos, y poner en su trono a nuestro católico monarca Fernando VII.
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