No hubo novedad en esta plaza, más de las acostumbradas tropelías y excesos en los pueblos inmediatos. En San Lamberto sucedieron algunas desgracias con motivo de haber echado un barreno de pólvora para destruirlo; prosiguiéndose en cortar los olivares que hay más allá de la Casablanca para facilitar el tiro de la nueva batería.
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