"La admirable Ascensión del Señor, cuyo día fue para Zaragoza de un admirable consuelo y gozo universal a todo buen español. De temprano avisó el general Mori al Real Acuerdo la llegada del señor Palafox, y los deseos de los honrados patricios de nombrarle caudillo para la defensa de la patria. A las 10 se tuvo extraordinario al que fue llamado el señor Palafox. Luego que supo el pueblo que estaba en el Acuerdo acudió en mucho número y deseoso de saber el éxito de la llamada e impaciente de ponerse a sus órdenes y de reconocerlo por cabeza, quisieron entrar todos, pero comisionando a cuatro y concedida la licencia, pidieron: que se nombrase capitán general de Aragón al señor Palafox sin detención alguna, pues no obedecerían a otro, a cuya petición accedió gustoso el Acuerdo, cuya deseada noticia publicada desde los balcones de la Audiencia fue universalmente aplaudida. A breve rato se deshizo el Acuerdo y apenas se supo que iba a salir el nuevo general todo se conmovió y más cuando el pueblo le vio salir acompañado de todo el Tribunal, y llevado como triunfo a su casa nativa, haciéndole salvas y presentándole armas, siendo generalmente aplaudida la elección".
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