lunes, 25 de mayo de 2009

Diario de Los Sitios 25 de Mayo 1808

"Por la mañana se dieron las armas a los alcaldes de barrio para que las distribuyesen a los vecinos honrados que quisieran tomarlas en defensa de la patria y religión, y se sacaron los cañones al campo por los mismos paisanos. Las 5 de la mañana salió el correo de Castilla al que dejaron pasar. Esta misma mañana pasó un oficial al Real Acuerdo el general Guillelmi en que decía que en atención a estar indispuesto y sin acción pasaba el mando a su segundo el general Mori a quien inmediatamente se le avisó por el secretario de Acuerdo D. Juan Laborda, y habiendo acudido se mandó publicar un bando encargando a los cuerpos y personas pudientes ayudasen al alivio y socorro de la manutención de los honrados defensores de la patria, y el general Mori publicó un manifiesto de que por la indisposición del general Guillelmi había tomado el mando y que se encargaba de todos sus deberes, que ambos se fijaron aquella misma tarde en la que recibió dicho señor Mori las ofertas de las comunidades y gremios, y el Acuerdo en la Audiencia los de los lumineros de las parroquias y particulares, y todos se ofrecieron muy gustosos.

En este día se aumentó notablemente el número de defensores, y teniendo noticias los del Arrabal (que fueron los primeros que levantaron la voz por la patria) de que en la torre de Alfranca, propia del señor marqués de Eyerbe, se hallaba el brigadier D. José Palafox y Melci, hermano del marqués de Lazán, exento de la compañía Italiana de Guardias de Corps, que estando en Bayona con nuestro soberano D. Fernando VII había logrado escaparse y venirse hasta Zaragoza su patria disfrazado de pastor a donde había llegado hacía como 15 días, y deseando tener una cabeza y jefe que fuese patricio y de los afectos del rey y a la religión, marcharon allá, y habiendo Jorge Ibor labrador uno de ellos, en nombre de todos ofrecídole sus vidas y no desampararlos jamás, lleno de amor al rey, a la patria y religión se vino con ellos y entró en Zaragoza al anochecer, cuya llegada fue notoria inmediatamente y vitoreado hasta casa del general Mori, a cuyos balcones se vio preciso salir para satisfacer el gran número de gentes que deseaban verlo, en cuyo acto ya fue aclamado por libertador de la patria.

Este día se juntó ya tanto número de paisanos con fusiles que se pusieron guardias en todos los parajes, y en la Real Audiencia una de honor de 20 hombres, no viéndose otro en las calles que escarapelas y gente armada".

No hay comentarios: