martes, 30 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 30 de Junio 1808

"Este día acabaron de construir los enemigos sus baterías para dar principio a bombardear la ciudad, y todo él nos estuvieron haciendo un fuego vivo por todos los puntos, intentando con todo ahínco pasar el Ebro, lo que no pudieron conseguir por la defensa tan terrible que se les opuso por los que estaban en el termino de Ranillas desde donde les matamos muchos dentro del río. Pero por la parte del Canal Imperial pasaron por el barranco de la Muerte y desde allí se dirigieron al monasterio de la Cartuja de la Concepción, cuyos religiosos lo habían desamparado de antemano, temerosos de lo sucedido en el de Santa Fe, de donde pasaron al lugar de El Burgo. En las escaramuzas de estos días tuvieron bastantes muertos y heridos en las que logramos desalojarlos de la torre de la Bernardona e inmediatas. 
La Junta Suprema, viendo lo expuesta que estaba la ciudad a una catástrofe con la proximidad del bombardeo, estuvo formada toda la noche en el palacio de S.E. e igualmente el ayuntamiento en su sala consistorial para ocurrir a cualquiera novedad".

lunes, 29 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 29 de Junio 1808

"Este día estuvieron los franceses muy quietos, construyendo baterías en Torrero y en las inmediaciones del Castillo, donde colocaron los morteros y obuses para el bombardeo, con cuya novedad la Junta Suprema determinó dar cuenta a nuestro general para que adelantase su venida e hiciese conducir la tropa de línea para sostenernos, e igualmente se comisionó a D. Cristóbal López de Ucenda, su vocal,  para que saliese al encuentro de la tropa valenciana que acababa de llegar a Valdealgorfa y los hiciese venir con la mayor actividad, avisándoles de nuestra crítica situación, y al mismo fin se tomaron nuevas providencias para la mejor defensa. 
El mismo día llegaron dos obuses del castillo de Monzón y 200 hombres armados que se destinaron a la puerta del Portillo, y se sacó la pólvora que estaba en el colegio de San Diego y la Mantería y se trasladó a San Juan de los Panetes, colocándola en el panteón de su iglesia, dándose además orden de traer inmediatamente a esta ciudad la de las fábricas de Villafeliche. Al mismo tiempo salió el siguiente bando del señor Intendente para en caso de invadirnos los franceses.
 
 BANDO
 Hago saber a todos los vecinos y habitantes de Zaragoza que, aunque el enemigo nunca ha estado más imposibilitado que ahora para invadir esta ciudad, siendo conveniente se les instruya del modo  con que debe evitarse toda desgracia por pequeña que sea, y ocurrir todo inconveniente y accidente que pueda haber aun en el caso muy remoto de que algún soldado enemigo llegue a penetrar dentro de ella, deberán para lograr su exterminio sin el menor perjuicio por nuestra parte observar las disposiciones siguientes:
 1º. Todas las mujeres, ancianos y niños se retiren a sus casas cuando hubiera fuego o se toque la generala, y no se presenten por las calles, en inteligencia de que si por no hacerlo así resultare el menor daño, serán responsables de él los padres de familia y los amos que están en su lugar.
 2º. Que en caso de entrar un solo soldado francés (lo que no harán) los vecinos cuiden de tener abiertos los zaguanes de sus casas para refugiarse en ellos los que transiten por las calles, debiendo tener la puerta defendida con armas, con lo que se asegura la defensa sin perjuicio de sus habitantes, pues si cerrasen las puertas, quedarían expuestos a sufrir daños por no poder entrar en sus casas.
 3º. Que desde las ventanas ofendan al enemigo con armas de fuego, piedras o cualquiera otra defensa, por cuyo medio  se logrará su total exterminio, que son los deseos de S.E. y de todo español.
 4º. Habiendo entendido que algunos, tal vez con el fin de intimidar, ha esparcido la voz de que los franceses en Madrid señalaron algunas casas que hicieron fuego contra ellos desde los balcones, debo aclarar que no es cierto y que para una operación semejante en esta capital, que trata de defenderse, no serian bastantes las tropas francesas que hay en España.
 5º. Mediante que van a llegar por momentos a esta capital un crecido número de tropas españolas para escarmiento del ejército francés, cuidaran los vecinos todos de guardar entre tanto el mayor orden, contribuyendo por este medio a que se verifique el buen servicio en las puertas y puntos de defensa, y darán parte de cualquiera que estando de guardia en el momento de un ataque o salida abandone su puesto o se retire a su casa. 
Y para que llegue a noticia de todos estas prevenciones dirigidas a la defensa de sus personas y bienes y a la mayor ofensa del enemigo, he mandado fijar este edicto. 
Zaragoza, 29 de junio de 1808. El Intendente Lorenzo Calvo de Rozas".

domingo, 28 de junio de 2009

Actualizaciones


Hola

He actualizado las descargas de Drivers y manuales, añadiendo el disco de instalación de la Placa Base ASUS P4S800.

Esta parte del blog se me ocurrió cuando descubrí el negociete que se montan o quieren montar algunos, al buscar por la red unos drivers que necesitaba.

Algunos de estos archivos son mas viejos que La Patro y por lo tanto mas raros y difíciles de encontrar y forman parte de la colección de discos de instalación de equipos que tuve o todavía uso. Siempre hay quienes necesitamos echar mano de estas cosillas descatalogadas.
Si las necesitas hay están, a tu disposición y si al final te solucionan la papeleta... se agradecerán los comentarios :) .

Diario de Los Sitios - Zaragoza 28 de Junio 1808

"Muy por la mañana acudió el enemigo acometiendo con el mayor ardor a nuestras puertas creyendo encontrarnos descuidados y atemorizados con las desgracias del día anterior, y aunque hicieron cuanto pudieron para lograr alguna ventaja, no lograron vencer ningún punto, no obstante haberse situado una batería en las alturas inmediatas al Castillo de donde nos hicieron mucho daño, y aunque hicimos una matanza terrible en los puntos del Castillo y puertas de Santa Engracia y Carmen, no pudimos evitar el que por la parte de Torrero no se apoderasen del puente de América y de las baterías puestas en aquel punto, que estaban a cargo del teniente coronel D. Vicente Falcó, quien apenas vio venir la caballería enemiga desamparó dichas baterías, con cuyo beneficio bajaron hasta muy cerca de la ciudad, causándonos muchos daños apoyados en las arboledas y torres. 
Entre las ruinas de la explosión se encontró a las 6 de la tarde el copón con las sagradas formas del Seminario Conciliar, el cual fue inmediatamente reverenciado y conducido por el doctor D. Manuel Berné a la iglesia de la Magdalena con una devota procesión que en un instante se formó muy concurrida de los trabajadores, todos con luces. Se prosiguió en las escombras y en sacar muchos cadáveres de los cuales algunos se enterraron en las cisternas de la Magdalena y los más en el cementerio del Hospitalico. 
Este día llegó del castillo de Lérida un destacamento de artillería de grueso calibre, compuesto por dos cañones de a 24, dos obuses, y dos morteros, con abundantes bombas y balas los que se colocaron en la puerta del Portillo. Por la tarde se ahorcó a un maragato del obispado de Astorga que dijo ser tramoyista del Teatro del Príncipe de Madrid, de donde acababa de venir, por extender varias noticias favorables a los franceses dentro del palacio de S.E. y a presencia del teniente rey, con cuyo motivo la Junta Suprema habiendo examinado varios testigos y tomado su declaración, le condenó a la pena ordinaria de horca, la que se verificó en el termino de 6 horas. A las 9 de la noche, sacándolo a pie de cárcel asistido de un religioso franciscano con quien se confesó, haciendo muy buena muerte".

sábado, 27 de junio de 2009

Alojamientos con fundamento


Hola

Hace ya tiempo subí un post en referencia a los establecimientos hoteleros que usamos en nuestros desplazamientos laborales. Siguiendo este hilo quiero contaros que a veces los hados te sonríen y encuentras sitios de verdad extraordinarios.
En esta ocasión nos desplazamos a Okondo con el fin de realizar la puesta en marcha de una de nuestras instalaciones. La idea original era alojarnos en Llodio, donde tenemos otros clientes y localizado un buen hotel, pero un compañero de la oficina técnica nos recomendó el alojamiento usado por nuestros compañeros de montaje que normalmente nos preceden. El alojamiento recomendado era el Hotel Rural Isasi en Gordexola.
Lo cierto es que en principio esto de "rural" no me ataría, -cuando viajas por motivo de trabajo, vas a lo funcional, simple, cómodo, en fin sin florituras-, así que por si acaso busqué información en internet y lo que vi me gustó así que formalicé una reserva para dos personas en habitación individual durante dos noches.
Este establecimiento es de los pocos, -por no decir el único-, en que lo que muestra su página web no sólo es cierto, sino que además se queda corta. Por ejemplo; En su publicidad no dicen nada sobre la calidad del descanso, la tranquilidad y belleza del entorno, -aunque lo intuyes-. La calidad del personal y el trato familiar, -no meloso-. Tampoco dicen nada de su restaurante y gastronomía, -ya te lo digo yo: exquisito-. Aquí no se trata de realizar publicidad gratuita, se trata de reconocer méritos.
Encontrar el hotel es sencillo ya que se encuentra bien señalizado, -pero no busques carteles luminosos o similar-. Si dispones de GPS, introduce las coordenadas que te proporcionan en su página.
En fin que hay viajes de trabajo que parecen premios. Por supuesto, este Hotel se añade a la lista de hoteles usados por mi empresa y a mi lista privada de hoteles selectos.
En otra ocasión subiré a la página de descargas la lista de hoteles por si te puede ser útil.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 27 de Junio 1808

"Se supo muy por la mañana que los enemigos habían traído un repuesto grande de bombas y granadas por el Canal Imperial del castillo de Pamplona para batir y bombardear a Zaragoza, con cuya noticia la Junta tomó las más oportunas providencias para evitarlo, y cuando esto se trataba, sucedió la grande catástrofe de la explosión del almacén de la pólvora de las aulas públicas con las miras tan fatales, que de solo imaginarlo estremece, causando los mayores estragos en los edificios de dichas aulas, y del Seminario Conciliar, que era de la mayor consistencia, y la mayor parte de las casas del frente del Coso y calles inmediatas, en cuyas ruinas perecieron casi todos sus habitantes, entre ellos varios directores del Seminario, el comisario de guerra D. Pedro Aranda con toda su familia, ocurrida a las dos tocadas de la tarde, de resultas de haberse caído una chispa de cigarro en la pólvora que en carros trasladaban al convento de San Agustín, pereciendo los carreteros y cuantos hombres los cargaban y sus caballerías, cuyos trozos deshechos fueron a parar con la violencia de la pólvora a distancia muy apartada de la ciudad quedando tan maltratadas las casas inmediatas que poco a poco se fueron cayendo, siendo tan grande el ruido que hizo la explosión que se oyó de mas de 10 leguas y en la ciudad apenas dejó vidrio sano, atemorizando tanto que a todos puso en la mayor consternación al ver la pérdida de tantas almas envueltas bajo las ruinas de tantos edificios, acudiendo inmediatamente sacerdotes y religiosos a ayudar a morir, y los vecinos a sacar los cadáveres de los infelices a quienes había tocado la desgracia. Procurando la Junta tomar las providencias más oportunas para remediar cuanto estuviera de su parte, dando todos los auxilios y mandando custodiar todos los enseres de las casas arruinadas, en el Hospitalico de la Magdalena, y que las comunidades acudiesen a cuidarlas y animar a los infelices, como lo hicieron todo aquella noche, esperando cuando se concluía el fuego, que estaba cebando en los vestigios de dichas ruinas, y que el pueblo se alarmase por si intentaban acometer los enemigos. 
Con motivo de la explosión salió el siguiente papel. 
Zaragozanos: vuestro celo por la causa de la religión, de la patria y el rey de que habéis dado pruebas tan repetidas, ha podido exaltarse en los primeros momentos de los incidentes de esta tarde, inseparables de las ocurrencias de la guerra, pero despreciables por sus resultas, supuesta la abundancia de pólvora de que estamos surtidos. La Junta Suprema cuánto se complace e interesa en vuestros patrióticos sentimientos y tranquilidad pública; otro tanto espera de vuestra sumisión a las leyes y autoridades constituidas que penetrados todos del ardor y vigilancia de estos magistrados, depositarios de vuestra confianza y en cuyas manos habéis puesto la salud de la patria, oiréis dóciles sus voces paternales, entrareis tranquilos en el seno de vuestras familias, acudiréis puntuales a vuestros talleres y ocupaciones diarias, persuadidos de que esta Junta ha tomado las más vivas y enérgicas providencias para que el enemigo aun cuando atrevido e inhumado quisiera aprovecharse de esta catástrofe, no logre el fruto de sus bárbaras tentativas, asegurandoos que el momento en que sea necesario vuestro valeroso esfuerzo, os llamaré a nombre de la patria a que tengáis parte en los laureles que la justicia de nuestra causa, la protección de Dios y  de María Santísima del Pilar y vuestro valor prepara a los aragoneses en acción tan gloriosa. El orden de la subordinación, la fraternidad, y una unión íntima de sentimientos, nos ha de producir y proporcionar incalculables ventajas. La posteridad admirará el valor que desplegasteis en la crítica circunstancia del día 15 y mirará con respeto la serenidad de ánimo que la Junta os encarga y exige en las tristes circunstancias del 27 de junio. Corresponded a tan lisonjeras esperanzas y no temáis a los enemigos. El ciudadano virtuoso viva tranquilo en medio de su familia, y el culpable tiemble a vista de la espada de la justicia, que sin remedio va a descargar sobre su cabeza. 
Zaragoza, 27 de junio de 1808. El marqués de Lazán".

viernes, 26 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 26 de Junio 1808

"Este día estuvieron los franceses muy quietos sin acercarse ni incomodarnos, y nosotros colocamos una batería de 9 cañones y 2 morteros en el valle de las Ontinas, encima de los olivares de la Huerva, dominando la Casablanca. Salió mucha gente a interceptar los convoyes del enemigo, habiendo logrado coger un espía con cartas en que avisaban al general Lefebvre que, caso de no poder entrar en Zaragoza, se retirase a Madrid o Pamplona. 
Este día hubo Junta que duró todo él, en la que se determinaban algunos puntos interesantes, entre ellos un bando en el que se mandaba la subordinación a los oficiales y se concluyó de hacer el juramento a la tropa. Se trató en ella de empalizar las salidas de la ciudad, poniendo mas cañones y organizar todos los puntos de defensa. Cuya Junta se compuso, además de los oficiales militares, los curas de la Seo y San Felipe, el doctoral D. Joaquín Pascual, de los ministros de la Real Audiencia D. Francisco Cocón y D. Santiago Piñuela, del comerciante D. Felipe Sanclemente y por secretario el teniente coronel D. Francisco Marcó del Pont".

jueves, 25 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 25 de Junio 1808

"Se cantó la letanía mayor en el Pilar. En el palacio se celebró una junta compuesta de los lumineros de las parroquias y mayordomos de los colegios y oficiales  que presidió el señor marqués de Lazán para formar compañías de hombres esforzados que salgan a intercepta la comunicación del enemigo, ofreciéndoles varios premios con el diario de 10 reales vellón y, caso de morir en la acción, 5 reales a sus viudas mientras vivan. Fueron igualmente llamados a dicha junta a las 6 de la tarde todos los alistados en los tercios de las compañías y los que quisieron alistarse de nuevo para prestar el juramento de servir a la religión y a la patria, a cuya sesión asistieron el gobernador eclesiástico, los curas párrocos de la Seo y San Felipe, el regente y decano de la Real Audiencia, el teniente rey, el corregidor y decano de ayuntamiento. Se publicó la victoria conseguida por nuestro general entre el camino de Alagón y Epila en el día de ayer en Gaceta extraordinaria cuyo tenor es el siguiente. 
BATALLA DE ÉPILA 
Avisado el general en jefe de este reino de que ayer a las 6 de la tarde algunas columnas francesas desde el camino de Alagón se dirigían hacia Epila, y cerciorado por las patrullas avanzadas de la exactitud de la noticia, formó el ejército, lo revistó y, marchando a su frente a pesar de la oscuridad, rompió el fuego contra los franceses a las 9 y media de la noche, disponiendo que no empezase este hasta tener cerca al enemigo. Es imponderable el valor y bizarría con que se han portado las tropas de línea reunidas allí, sosteniendo el fuego 11 horas sin perder terreno. La artillería arrollaba las divisiones enemigas con un valor digno de todo elogio. Los Voluntarios de Aragón y los Dragones del Rey han hecho prodigios y si los paisanos alistados hubiesen conocido mejor el manejo del arma para defender las alturas y permanecer en ellas sin abandonar a sus jefes, habría el ejército francés sido derrotado completamente. No obstante su pérdida es considerable. La nuestra, aunque muy corta, es muy sensible por recaer en españoles llenos de valor. Dos oficiales de los que peleaban al lado del general han sido heridos gravemente y S.E. se proponer anunciar los nombres de todos los oficiales y tropas que se han batido con tanto ardor y firmeza. 
Se ha trasladado el cuartel general a un punto ventajoso y se está organizando y aumentando el ejército, dispuesto todo a derramar su sangre en defensa de la patria. 
El enemigo ha vuelto a cometer violencias sin respetar a las mujeres, ha profanado los templos, robado los vasos sagrados, pisado las sagradas formas y sacrificado a un venerable sacerdote (quiso impedirlo el cura de Epila que murió a bayonetazos dentro de la iglesia con el copón en la mano). Ayer se interceptó por el comandante de la compañía de los Pardos de Aragón la correspondencia que venía de Bayona para el general Lefebvre, y para que la Europa entera sepa de la conducta de aquel gobierno, se extracta una parte de lo que ella contiene y son los puntos siguientes: 
1º. El general Bertier, Príncipe de Neufchatel, Condestable de Francia, a nombre de su Emperador remite a Lefebvre para que los haga circular en Aragón varios papeles impresos en España. En ellos cuenta que los franceses se han apoderado y son dueños de Andalucía, sin haber perdido gente, cuanto se ha publicado ya y es notorio, y consta de oficio, que han sido enteramente derrotados. 
2º. Al mismo tiempo le encarga que para intimidar y engañar nos diga que por todas partes vienen ejércitos formidables, por cuyo medio la apariencia suplirá la fala de tropas que hay en Francia y logrará seducir a los españoles.
3º. El general francés que manda en Pamplona y el que está en Tudela escriben también a Lefebvre que no se atreven a salir de aquellas ciudades, y que el ejército francés, según toda apariencia, perecerá en España, si la intriga, el terror y los traidores que abundan, no los libertan. 
A la misma hora se presentaron muy cerca del Castillo 150 franceses los que sacaron pañuelos en ademán de paz, pero no queriendo dejar las armas, no se les permitió pasar adelante. Y diciendo querían parlamentar, hallándose allí el señor Intendente se acercó a ellos y les hablo largamente, en cuya sesión, en la que se halló el general Lefebvre se conoció no venían con semejante intención, sino todo lo contrario: entregando al Intendente una porción de proclamas de Bayona iguales a las ya referidas; el cual se retiró a las 4 de la mañana siguiente y enseguida pasó el teniente coronel D. Emeterio Barredo edecán de S.E. con la respuesta que sigue y se publicó en Gaceta extraordinaria, cuyo tenor es el siguiente:
En esta tarde, habiéndose presentado a la vista del Castillo y hecho señales de parlamentar algunos franceses, creyendo desde luego que su objeto era el pasarse al servicio de la España, como lo hacen diariamente acudimos algunos de los que se hallaban custodiando la puerta del Portillo, y conferenciando con ellos particularmente el doctor D. Santiago Sas, beneficiado de Luco. Se reconoció que eran polacos y, como indicaron que quería venirse a Zaragoza una compañía entera, salió el Intendente acompañado del edecán de S.E. y teniente coronel D. Emeterio Barredo y otros para asegurarle que dejando las armas podían entrar sin el menor recelo. Las expresiones de “viva España” que proferían los supuestos desertores y decir ser polacos o italianos no dejaron duda al Intendente de que deseaban pasar a nuestras banderas, y les contenía el temor de ser muertos. En consecuencia, convenida la seguridad recíproca de sus personas, se reunió con los oficiales para convenir en los medios; luego que estuvieron juntos, se le dijo por otros que no era su objeto la deserción, sino que tratase con el general Lefebvre, de lo cual no podía prescindir, a lo cual se prestó el Intendente conferenciando con dicho general y demás jefes que acudieron al camino frente a la puerta del Portillo. Y concluida la sesión, se retiró a esta ciudad con el presente que le hizo el general francés de una porción de proclamas impresas en Bayona.
La contestación dada al general francés a las 4 de la mañana de este día aclara las dos proposiciones que se hicieron y es la siguiente. 
General: el Intendente de este ejército y reino me ha dado las proposiciones que usted le ha hecho, reducidas a que yo permita la entrada en esta capital de las tropas francesas que están bajo su mando y que vienen con la idea de desarmar al pueblo, restablecer la quietud, respetar las propiedades y hacernos felices, conduciéndose como amigos, según lo han hecho en los demás pueblos de España que han ocupado. O bien, si no me conformase a esto, que se rinda la ciudad a discreción. Los medios que ha empleado el gobierno francés para ocupar las plazas que le quedan en España y la conducta que ha observado su ejército han podido a usted persuadir la respuesta que yo daría a sus proposiciones. El Austria, la Italia, la Holanda, Polonia, Suecia, Dinamarca y Portugal presentan no menos que este país un cuadro muy exacto de la confianza que debe inspirar el ejército francés. 
Esta ciudad y las valientes tropas que la guardan han jurado morir antes que sujetarse al yugo de la Francia, y la España toda en donde solo quedan ya reliquias del ejército francés está resuelta a lo mismo. 
Tenga usted muy presente la contestación que le di ocho días ha, y los manifiestos de 31 de mayo y 18 de este que le incluía, y no olvide usted que una nación poderosa y valiente decidida a sostener la justa causa que defiende, es invencible y no perdonará los delitos que usted o su ejército cometan. 
Cuartel General de Zaragoza, 26 de junio de 1808. Por el gobernador y capitán general de Aragón. El marqués de Lazán".

miércoles, 24 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 24 de Junio 1808

"Muy de mañana se vieron los enemigos en las inmediaciones de la ciudad, especialmente hacia el Castillo; pero donde más nos incomodaron fue en la torre llamada la Bernardorna, en la que pusieron dos cañones, con los cuales introdujeron algunas balas dentro de la ciudad, pero fueron echados de ella por nuestros cañones del Castillo, haciéndoles huir. A las 10 volvieron hacernos fuego por las inmediaciones de la puerta de Sancho, y habiendo salido contra ellos nuestros paisanos, se hicieron fuertes en la torre de Santo Domingo en el término de Almozara, donde estuvieron haciendo fuego hasta más de la una, de donde logramos por fin desalojarlos y hacerlos huir, matándoles hasta 60, en cuya refriega salieron algunos paisanos heridos. Por la tarde hubo un choque muy reñido en Torrero de donde se logró desalojarlos con el fuego de dos cañones, haciéndoles retirar hacia la Casablanca e inmediaciones. Este día se concluyó de hacer la defensa de las puertas con empalizadas de sacos a tierra y lana, salchichones, fosos y excavaciones, poniendo en cada una ocho cañones. En el Pilar, concluidos los oficios de mañana y tarde, se cantó la letanía mayor por todo su clero, concluyéndola en la Santa Capilla, a cuyo acto asistió mucha gente suplicando a Nuestra Señora su poderoso auxilio".

martes, 23 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 23 de Junio 1808

"No hubo función pública en las iglesias, por ser octava del Corpus, y en catedrales se concluyó con procesión como de 40 horas, sin la custodia, música ni asistencia del ayuntamiento. Y esta tarde se trasladó la imagen de Jesús Nazareno de los Trinitarios Descalzos a San Cayetano por haberlo desamparado dichos religiosos en vista del daño causado por los franceses en la acción del 15 del corriente. Esta noche pasada lograron los nuestros desalojar los enemigos de los puntos de la Casablanca e inmediaciones, matándoles algunos y haciéndoles retirar hacia Alagón. A esta villa habían pedido muchas raciones, lo que se le participó a nuestro general para que saliera a encontrarlos desde Epila. Se habilitó el convento de la Victoria y colegio del Carmen para cuarteles y se mandaron abrir zanjas muy hondas junto a las puertas, dándose orden nuevamente para que todo oficial y soldado se presentasen en los cuarteles a las 6 de la tarde a tomar las armas. A la noche vinieron algunos franceses a ocupar las inmediaciones de la ciudad, cuyas hogueras se veían desde las torres y miradores".

lunes, 22 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 22 de Junio 1808

"Esta noche nuestras avanzadas con las partidas de guerrilla estuvieron en el campo del enemigo logrando traerse cuatro cañones de seis que tenían. Permanecieron siempre en el mismo sitio, intentando pasar el Ebro hacia el Castellar, pero inúltimente por no haber podido coger ninguna barca. Por la mañana salieron 250 Voluntarios del 1º de Aragón, con 200 paisanos ya diestros a ocupar las alturas de Santa Bárbara con dos cañones. A las 10 llegó un posta remitido de nuestro general a su hermano el marqués en que le avisaba estaba en Épila con sus tropas.
En la ciudad siguieron las rondas y guardias. Esta tarde sucedió una desgracia por descuido de los artilleros, incendiándose un cajón de pólvora que estaba junto a un cañón dentro de la huerta de los Agustinos del Portillo, y mató a seis de ellos. Los franceses en número de 10 hombres se dejaron ver de atalaya en la horca tapiada, a tiro de cañón de la ciudad".

domingo, 21 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 21 de Junio 1808

"Siguió el enemigo el mismo sitio, habiendo bajado sus avanzadas hasta muy cerca de la ciudad, con cuyo motivo hubo algunas escaramuzas con nuestras partidas de guerrilla en las inmediaciones del Castillo, donde cogimos algunos prisioneros. Esta noche se prendió al albañil Gironza por sospechas de tener correspondencia con el general Lefebvre, encontrándoles planos de Zaragoza y actual situación, de cuyas resultas se prendió a su madre, hermanos y demás familia. Este día se dio principio a las rondas cívicas de noche y día, alternando de orden de S.E.; los ministros del Crimen con algunos prebendados, eclesiásticos, y los dependientes de justicia formaban una que salía mañana y tarde, y otras formadas de un eclesiástico, dos religiosos y algunos ciudadanos, salían de 4 en 4 horas día y noche. Este día entró alguna tropa de línea, entre ellos 100 polacos venidos de Barcelona que con los que había en la ciudad componían los siguientes:

RAZÓN DE LA FUERZA DE HOMBRES Y CABALLOS DE QUE SE COMPONÍA EL EJÉRCITO QUE DEFENDÍA ZARAGOZA EL 21 DE JUNIO.
-    Guardias Españolas y Valonas, 360 hombres.
-    Fernando VII, 5 tenientes, 201 hombres.
-    Voluntarios Aragoneses, 1 capitán, 1 teniente, 2 subtenientes y 63 hombres.
-    Capuchino, 1 capitán, 1 teniente, 2 subtenientes y 79 hombres.
-    Tercio de Torres, 2 tenientes, 3 subtenientes y 95 hombres.
-    Compañía de Ricla, 1 capitán, 1 teniente, 2 subtenientes y 79 hombres.
-    Miñones, 1 capitán y 83 hombres.
-    Artilleros, 1 capitán y 34 hombres.
-    María Luisa, 36 hombres.
-    Tarragona, 1 hombre.
-    Barbastro, 2 hombres.
-    Alistados, 8 hombres.
-    Suizos de Reus, 1 capitán, 1 teniente y 79 hombres.
-    2ª División del Reino, 12 capitanes, 10 tenientes, 12 subtenientes, 11 alféreces y 778 hombres.
-    Dragones del Rey, 36 tenientes, 251 hombres y 287 caballos.
-    Compañía de Calatayud, 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 52 hombres y 43 caballos.
-    Compañía de partidas sueltas, 1 teniente, 22 soldados y 21 caballos.
-    Contrabandistas, 12 soldados y 12 caballos.

Total: 19 capitanes, 59 tenientes, 15 subtenientes, 18 alféreces, 2.335 soldados y 363 caballos".

sábado, 20 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 20 de Junio 1808

"Por la mañana partió el teniente coronel D. Manuel de Ena, edecán de S.E. al campo del enemigo a llevar la contestación del pliego que había remitido el general Lefebvre, y antes del medio día volvió con la respuesta que no querían entregarse, ni marchar, con cuyo motivo se trató de arreglar las compañías al orden de guerra, mandando juntarse todos, y que los demás se fueran a su tierra con pasaportes. Se supo que nuestro general estaba en Longares con algún número de tropa con ánimo de perseguir al enemigo, el cual se mantuvo en el mismo sitio, dando sus correrías hacia el Ebro, vadeándolo para pasarse en caso necesario al Castellar, porno tener en esta parte pueblo alguno que saquear, pues Utebo, Monzalbarba e inmediatos están ya del todo saqueados. En la ciudad se fueron fortificando más las puertas y puntos más principales. 
 
RESPUESTA DE NUESTRO GENERAL AL PLIEGO DEL GENERAL LEFEBVRE 
 
Excelentísimo señor: si Su Majestad el Emperador envía a usted a restablecer la tranquilidad, que nunca ha perdido este país, es bien inútil se tome Su Majestad estos cuidados. Si debo responder a la confianza que me ha hecho este valeroso pueblo de Aragón, sacándome del retiro en que estaba para poner en mi mano su custodia, es claro no llenaría mi deber, abandonándole a la apariencia de una amistad tan poco verdadera. Mi espada guarda las puertas de la capital, y mi honor responde de su seguridad. No deben tomarse, pues, este trabajo esas tropas que aún estarán cansadas de los días 15 y 16. Sean enhorabuena infatigables en sus lides, yo lo seré en mis empeños. Lejos de haberse apagado el incendio que levantó la indignación española a vista de tantas alevosías, se eleva por puntos. 
Se conoce que los espías que usted paga son infieles: gran parte de Cataluña se ha puesto bajo mi mando, y lo mismo no menor de Castilla. Los capitanes generales de ésta y de Valencia están unidos conmigo. Galicia, Extremadura, Asturias y los cuatro reinos de Andalucía están resueltos a vengar sus agravios. Las tropas francesas cometen atrocidades indignas de hombres: saquean, insultan y matan impunemente a los justos que ningún mal les han hecho, ultrajan la religión y queman las sagradas imágenes de un modo inaudito. Ni esto, ni el tono que usted observa aun después de los días 15 y 16, son propios para satisfacer a un pueblo valiente. Usted hará lo que quiera, y yo lo que deba. B.L.M. de usted.
El general de las tropas de Aragón. José Palafox y Melci. 
 
P.D. Son demasiado notorios los robos que han cometido y comete en España el ejército francés, y cada día se comprueba más al ver que todos sus soldados muertos llevan consigo plata de las iglesias, corporales, alhajas de plata y oro hurtadas a los vecinos de los pueblos por donde han transitado. En consecuencia ha declarado el excelentísimo señor capitán general de este ejército y reino que, a excepción de las armas y caballos. Todo cuanto haya en el ejército francés se repartirá entre las tropas españolas que entraren en acción y se apoderen de ello".

viernes, 19 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 19 de Junio 1808

"Domingo de la octava del Corpus.
Siguió el culto con sermón en ambas catedrales y por cuanto los artilleros y demás soldados y paisanos no podían desamparar sus puntos para ir a oír la misa, se dispuso decirles en las plazas públicos, una en la de la Seo para los de la puerta del Angel y puente de Piedra, la que se dijo en un altar que se colocó en una esquina de dicha plaza, donde se fijan los papeles públicos, de cuyo ejemplar no había noticia haber ocurrido. Siguió el mismo orden en las guardias y en lo demás, y por la tarde entró un batallón bastante falto del regimiento de Extremadura con su música que se alojó en el convento de San Francisco y a la noche ya hubo retreta. Este día se fijó un papel de S.E. cuyo tenor es el siguiente: 
 
MANIFIESTO DE NUESTRO GENERAL 
 
El ejército francés, acostumbrado al robo y la perfidia, ha empezado a ejercer en nuestro territorio su perversidad en todos los lugares por donde ha transitado, con el designo de atacar la capital de Aragón; y no hay genero de infamia que no haya cometido; ha batido con artillería los templos, ha profanado sus altares, robado los vasos sagrados, y cuanto ha encontrado en los pueblos, ha fusilado algunos de sus habitantes por solo inspirar terror. Viene sembrando proclamas hechas en Bayona o inventadas en España, y aun tiene valor de pretender seducirnos con engaños. La falsedad y la perfidia son sus armas, las conozco y conozco también a los traidores, tengo documentos originales que comprueban sus crímenes, y los anunciaré a su tiempo para vergüenza suya y desengaño de todos. Estamos pues, en el caso de vengar a nuestros ciudadanos, de conservar nuestra santa religión, la vida de nuestro rey y la existencia de nuestra patria, pero hagámoslo como hombres y no imitemos la vil conducta de estos pérfidos, tiñendo con sangre de inocentes nuestras espadas. Para ello, y para disponer lo conveniente a la defensa de la ciudad, reunir y organizar fuerzas y atacar a tan viles enemigos, me he situado a corta distancia en donde , menos distraído, me ocupo en trabajar noche y día; y para que mis tareas, y combinaciones tengan todo su efecto se logre el triunfo a que todos aspiramos y que asegura vuestro valor, consiguiente al manifiesto que publiqué el 31 de mayo próximo, mando: 
1º. Que mediante los excesos cometidos por el ejército francés en Aragón, si se repitiere uno solo, cualquiera de sus soldados que no rinda las armas sea degollado, entendiéndose lo mismo con los oficiales que los mandan, luego que tengan noticia de este artículo que se comunicará al general Lefebvre junto con los 1º, 2º y 3º del mismo manifiesto. 
2º. Que todos los oficiales y soldados de tropas españolas que haya en Zaragoza se presentan al cuartel de Convalecientes al comisario de guerra D. Pedro Aranda dentro de 24 horas. Los que estuvieren de guardia o empleados, dirigirán a dicho comisario una lista de todos los individuos, firmada de sus respectivos jefes, extendiéndose esta orden a todos los licenciados y cumplidos que hubieren servido en el ejército y se hallen en la ciudad y sus arrabales. 
3º. Que por el inspector, jefes de estado mayor y de ingenieros se fije la fuerza de hombres que se necesita en cada puerta o punto de la ciudad para su defensa, y para las descubiertas y avanzadas, reconociendo su localidad. 
4º. Los oficiales militares y los nombrados entre los paisanos para las compañías de los tercios formados en la capital darán razón, de acuerdo con los alcaldes de barrio, de todos los individuos de sus compañías y se presentaron con ellos y sus armas ante el mismo comisario para hacer el servicio en las 24 horas siguientes a la publicación de este bando. El que nos e presentare sin causa legítima, se procederá contra su persona y bienes. 
5º. Todos los vecinos de los demás pueblos del reino que se hallan en Zaragoza, habiendo venido a tomar las armas, se restituirán a sus casas, presentándose a las justicias para cuando se les llame y sea menester, hayan de estar pronto, ocupándose entre tanto en la recolección de cosecha o en la que ordenaren los comandantes honrados, nombrados por mi en sus respectivos departamentos. 
6º. Todo el que abandonase la guardia a que esté destinado sin licencia de sus inmediatos jefes, faltase al respeto de estos, alterase el buen orden, cometiese robo o injuriase a otro, será conducido a prisión y castigado con todo rigor. 
7º. Conforme a lo publicado por bando, los alcaldes de cuartel y de barrio rondarán día y noche con los vecinos honrados sin distinción de clase, y cuidarán de mantener la tranquilidad interior de la ciudad y que se lleve a efecto lo dispuesto en el articulo precedente. 
8º. La Junta Militar fijará los sueldos a la oficialidad del ejército y me propondrá el número de jefes que haya de haber en cada punto, para que se verifique el pago de las tropas con todo el orden y puntualidad que se requiere, y sean responsables de la conservación de los puestos que defiendan. 
 
Cuartel General de Aragón, 18 de junio de 1808. Palafox".

jueves, 18 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 18 de Junio 1808

"Muy de mañana se presentó el señor marqués de Lazán con poderes amplios de su hermano, en que le nombraba general en sus ausencias, con ambos mandos militar y político, y habiéndose celebrado Acuerdo junto con el ayuntamiento, fue reconocido por ambos cuerpos. Los franceses se mantuvieron en el mismo sitio, esperando la contestación del pliego. Este día entraron unos 80 soldados portugueses huidos de Bayona; igualmente algunas partidas de varios regimientos de infantería venidos de Madrid y Barcelona que se van reuniendo a esta capital. Se custodiaron los puntos, reforzándose más y más, y se les administró comidas abundantes de los conventos y parroquias y todo se puso en el mejor orden".

miércoles, 17 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 17 de Junio 1808

"Este día en el Pilar se puso el dosel de 40 horas y en ambas iglesias se cantó la nona a seguida de los oficios durando el expuesto hasta las 12 y media y por la tarde se exponía a vísperas hasta concluidos los maitines que se cantaban a continuación. 
Los franceses se mantuvieron en el mismo sitio, entre Santa Fe y subida de la Muela, causando mucho daño en los campos y viñas; aquella tarde envió el general Lefebvre un dragón de los del Rey cogido prisionero el día 15 con un pliego a los señores administradores de la ciudad de Zaragoza, el cual se presentó al teniente rey, quien inmediatamente hizo reunir al Real Acuerdo y ayuntamiento, los que determinaron remitirlo a S.E. como se ejecutó sin abrirlo. Y por cuanto se le encontraron al referido dragón algunas proclamas impresas de Murat y Bonaparte a los españoles para repartirlas a los vecinos de esta ciudad se le mandó prender. Se siguieron las guardias con el mismo cuidado, viniendo muchos mozos del partido de Cinco Villas, a quienes se les mandó hacer fosos en las inmediaciones a las puertas de la ciudad, y no se perdonó diligencia alguna para nuestro resguardo".

martes, 16 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 16 de Junio 1808

"DIARIO DE ZARAGOZA, 16 DE JUNIO 
 
Aragoneses: Vuestro heroico valor en la defensa de la causa más justa que puede presentar la historia se ha acreditado en el día de ayer con los triunfos que hemos conseguido. 
El  15 de junio hará conocer a toda Europa vuestras hazañas, y la historia las recordará con admiración. Habéis sido testigos oculares de nuestros triunfos, y de la derrota completa de los orgullosos franceses que osaron atacar nuestra capital. 700 muertos, un número considerable de heridos, 30 prisioneros y muchos desertores que se han pasado a nuestras banderas, son el fruto de su temeridad. Hemos tomado 6 cañones de batallón, 6 banderas, 1 caja de guerra, varios caballos, fornituras, armas, y no debemos dudar que todo el ejército que ha entrado en Aragón expiará sus crímenes y quedará deshecho. Continuad, pues, valerosos aragoneses con el ardor y el noble espíritu de que estáis animados. Ved la heroica conducta de las zaragozanas que inflamadas todas del amor a su patria, a su rey y su religión, corren presurosas a prestaros todo genero de auxilios. En breve se os agregarán un sin número de tropas veteranas, que envidiosas de vuestras glorias, y deseosas de tener parte en ellas, vienen caminando a marchas dobles. Mientras tanto, vosotros todos, clero, comunidades, madres de familia y demás ciudadanos que ya concurriendo personalmente en combate, y ya proveyendo de todo a vuestros conciudadanos habéis contribuido tan eficazmente a conservar la capital de vuestro reino y la dignidad de la nación, seguid fervorosos vuestras oraciones al Todopoderoso, e interponed la mediación de vuestra augusta y Santísima Madre del Pilar, vuestra protectora, para que bendiga nuestras armas y afiance nuestras victorias, exterminando del todo al ejército francés. 
 
Cuartel General de Aragón, 16 de junio de 1808. Palafox. 
 
La festividad del Santísimo Sacramento. No hubo campaneo ni demostración alguna pública. En la Seo se puso el altar mayor como 40 horas solamente, y se cerró la puerta concluidos los oficios mañana y tarde. En el Pilar se puso el adorno pero sin dosel, y todo fue corrido. En las parroquias, en las más, no hubo expuesto, y antes de las 11 ya estaban cerradas las puertas de todas las iglesias a excepción del Pilar, pero en ninguna, dadas las 8 de la mañana, dejaron entrar a ningún hombre, sino sólo a las mujeres. Aquella mañana se supo que los franceses habían pasado la noche junto a la Casablanca y perdido mucha gente en la batalla, y que habían marchado al monasterio de Santa Fe, donde cometieron cuantos sacrilegios, robos y desórdenes caben en un ejército abandonado a toda clase de maldades, matando al abad, tres monjes y cuatro criados, únicas personas que habían quedado en él, robando los ornamentos sagrados, cálices, copón, plata, ropa blanca y demás jocalías de la sacristía, y de lo particular de los monjes cuanto quisieron e igualmente las parideras inmediatas, matando reses e incendiándolas, como también el monasterio, segando los trigos para los caballos e inutilizando las viñas, y últimamente se situaron entre los dos caminos de Zaragoza y Calatayud donde permanecieron todo el día. 
Aquí se tomó la providencia de mandar llevar los cadáveres de los muertos en la defensa de la patria al fosal del Santo Hospital conducidos con carros y con la decencia correspondiente, y para los franceses se destinó el hoyo grande que había entre el camino de Capuchinos y el Campo del Sepulcro. Se tomaron cuantas providencias parecieron oportunas para la seguridad de la ciudad, se coronó de armas toda la muralla, haciendo viseras para los fusiles, se pusieron cañones en todos los parajes que pudieran ofender al enemigo, se inutilizaron todos los caminos de alrededor de la ciudad con árboles y ramas para impedir obrar la caballería enemiga. En las calles igualmente se pusieron estorbos, colocando a tránsitos los bancos de las iglesias cerrando las bocacalles, especialmente las próximas a las puertas, de suerte que era imposible obrar el enemigo. Se proporcionó todo armamento militar y se surtió pólvora y balas todo el vecindario, depositándola en el edificio de las escuelas públicas. Los vecinos honrados se ofrecieron a guardar las calles, plazas, cárceles reales, Real Audiencia y oficinas, y deseosos además de manifestar su agradecimiento y contribuir a la manutención de sus defensores, tuvieron comidas y caldos a todas horas, brindando con ellos, y llevándolos a los puntos, y lo mismo ejecutaron las comunidades, conduciéndolas los mismos religiosos, con lo que se logró que todos tuvieran qué comer, habiendo los curas párrocos socorrido con limosnas a las mujeres y familias cuyos maridos y padres estaban defendiendo la patria".

lunes, 15 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 15 de Junio 1808

"Muy por la mañana se dio aviso de que los franceses, ufanos con la victoria, se iban acercando a Zaragoza, con cuya noticia se alarmó todo el vecindario para esperarlos y oponer todos los obstáculos para incomodarlos tocándose la generala. En las dos iglesias se cantaron misas rogativas por sus respectivas residencias, y en la parroquia de Santiago al glorioso patrón de las Españas por su capítulo eclesiásticos. Temerosas las religiosas de Santa Inés, se trasladaron a Santa Fe, las de Santa Lucía a la Enseñanza, y las de las Facetas al Colegio de las Vírgenes. Nuestro general, con una bandera blanca en la mano con la Virgen del Pilar bordada como generalísima de nuestras tropas, fue a su santo templo y subió a besar su mano, y a las 11 partió a la villa de Belchite a poner el cuartel general con el Intendente y plana mayor, quedando al mando el teniente rey D. Vicente Bustamante. Y estando cerca del medio día se tuvo noticia de la proximidad del enemigo. 
 
ACCIÓN DE LAS PUERTAS DE ZARAGOZA EN LA TARDE DEL 15 DE JUNIO 
Antes de la una del día se acercaron las tropas francesas a las puertas de esta ciudad, bajando por Torrero y Santa Bárbara con todo su ejército a las órdenes del general Lefebvre, e inmediatamente se les hizo fuego con el mayor ardor por nuestra parte con los cañones colocados en las puertas del Portillo, Carmen y Santa Engracia. 
En el largo rato que duró la batalla fueron muchas las vicisitudes, llegando a rompernos a cañonazos la puerta del Carmen e introducirse por ella, pero fueron rechazados, muertos y cogidos prisioneros cuantos entraron; lo mismo sucedió en la del Portillo, hasta llegar a introducirse en la plaza, donde la artillería colocada junto a las tapias de Santa Inés los hizo arrinconar hacia el cuartel de caballería y allí fueron muertos por los nuestros desde la Casa de Misericordia. Y habiendo hecho en esta ocasión nuestros paisanos un esfuerzo de valor del que hay pocos ejemplares, al ver que se introducían, se tiraron a ellos, sin más defensa que sus nobles pechos, y lograron irlos retirando a fuego vivo, alcanzando la más brillante victoria en unos hombres no hechos a las balas, y sin tener jefe ni timón, sino el verdadero amor a la religión y a la patria. 
El triunfo fue grande, y las circunstancias de la victoria las mas heroicas, como lo acredita el impreso que sigue. La confusión de las gentes la mayor, pero al mismo tiempo sin igual heroísmo, así la confianza en Dios y su Madre Santísima del Pilar, como en socorrer a nuestros defensores, especialmente en las mujeres, que desde que dio principio el ataque fueron a darles agua, vino y aguardiente, introduciéndolo hasta las mismas filas, y conduciéndoles cuanto los demás vecinos le iban suministrando balas, pólvora, trapos para tacos y cuanto podía serles útil, lo que en mucha parte afianzó la victoria, logrando reanimar nuestros vencedores, y vencer a unos hombres feroces y temerarios. El destrozo que sufrimos fue grande así en la hermosa arboleda, como en los edificios de los conventos de Agustinos y Trinitarios descalzos, Casa de Misericordia y cuartel de Caballería, cuyos dos edificios incendiaron, como también la torre llamada de Descartín después de saquearla.
Todos los vecinos se distinguieron así de la ciudad como del Arrabal y Tenerías, pero sobre todo los de las parroquias de San Pablo, San Miguel y la Magdalena que como leones se tiraban a los enemigos logrando cogerles muchos caballos, armas y dinero, y encontrando en las mochilas muchas jocalias sagradas de cálices, patenas y otras reliquias que habían robado en las iglesias por donde habían pasado e igualmente mucha plata labrada y ropa. 
Los muertos franceses pasaron de 700, y de nuestra parte hubo bastantes, pues los enemigos tiraban con los violentos que hacían mucho daño, y al mismo tiempo la poca destreza de nuestros paisanos nos causó algunas desgracias. Los Fusileros del Reino o Miñones mandados por su comandante el coronel D. Antonio Torres, ayudado de su hermano D. Jerónimo, fueron los que más se distinguieron, y las compañías mandadas por su jefe D. José Obispo, pues los Dragones estuvieron muy flojos. Duró la acción hasta más de las 7 de la tarde, que conociendo los franceses la gran pérdida que habían sufrido, se fueron retirando, llevándose algunos prisioneros hasta más allá de la Casablanca y ermita de Santa Bárbara, donde pasaron la noche, robando cuanto encontraban, quemando y cometiendo cuantas hostilidades se pueden imaginar.
Nuestros paisanos llenos de gloria con la victoria entraron en la ciudad, triunfantes con sus despojos y banderas que llevaron a presentar a nuestra patrona del Pilar, una de ellas cogida por un muchacho de 11 a 12 años, las que acompañaron las gentes llenas de la mayor devoción, y de allí trasladándose a casa del general. Aquella noche se mandó poner luces a todos los vecinos y que tuviesen abiertas las puertas de las casas para ocurrir a cualquier novedad, pero no la hubo. Se entraron los cañones cogidos a los enemigos, y se pusieron avanzadas fuera de la ciudad, e igualmente se mandó alarmar a todo el vecindario, y que estuviesen en vela en caso necesario, habiendo estado formado el ayuntamiento toda la noche en su sala consistorial, con cuyas providencias estuvo tranquila la ciudad".

domingo, 14 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 14 de Junio 1808

"A las dos de la mañana salió la vanguardia al mando del teniente coronel D. Benito Piedrafita, compuesta por 160 Voluntarios del 1º de Aragón, con el capitán D. Pedro Gasca, una compañía de Extremadura y 200 paisanos con sus respectivos oficiales, la que llegó a Alagón a las 7, y al entrar hicieron prisioneros 1 sargento y 10 soldados franceses que habían llegado a hacer la descubierta. 
Reunido el pueblo en las eras del Sepulcro, y cargados los carros con víveres, el capitán general y sus oficiales ejecutaron una división de cuerpos nombrando los jefes, pero no subsistió porque se acuadrillaron según sus oficiales. Al romper el alba partieron todos hacia Alagón a donde llegaron entre las 10 y 11, y dadas las disposiciones para colocar la artillería rompió el fuego de las avanzadas, y los que ocupaban la izquierda todavía sostuvieron algún rato hasta que comenzó a obrar la artillería enemiga. Los franceses dispusieron su ataque, enviando una porción de tropa para que los flanqueasen por el paso de Figueruelas, y cuando nuestra gente estaba sin saber que partido tomar, se extendió la noticia que venían por dicho paso y que iban a entrar en el pueblo. A seguida se esparció el desorden y todo fue confusión; los franceses, al ver desvanecida aquella muchedumbre entrar en el pueblo, y la sed y el cansancio produjo infínitas desgracias en los infelices que no estaban acostumbrados a semejantes fatigas, por ser la mayor parte de poco ánimo como menestrales y muchachos, especialmente los de la Tierra Baja que estuvieron muy flojos, cuya causa fue el motivo principal del general desconcierto. El general regresó aquella noche y mandó poner en mayor defensa la ciudad, alarmar las tropas y que el vecindario tomase las armas, siendo muchos los que murieron en esta desgraciada acción, y la mayor parte faltos de agua. 
El ilustrísimo Cabildo tuvo expuesto al Señor en sus dos templos con horario hasta las 10 de la noche. Este día estaba señalado para la segunda sesión de las Cortes, pero se suspendió por la salida del general".

sábado, 13 de junio de 2009

El deporte Aragonés está de fiesta


Hola

El Zaragoza vuelve a primera y el Huesca cumple su objetivo de permanencia. Enhorabuena a todos.

Diario de Los Sitios - Zaragoza 13 de Junio 1808

"Aquella mañana se llevó preso por los paisanos a casa de S.E. al coronel de Dragones del Rey D. Juan Mª Barrios por sospechoso con el lugarteniente general Murat, a quien mandó S.E. conducir al Castillo por los soldados patriotas, quienes , como hubiesen hecho cerrar las puertas de la ciudad para evitar se marchase, y con este motivo no pudiesen salir los trabajadores al campo, hubo algún alboroto, pero luego que fue puesto en el Castillo y se mandaron abrir, cesó todo, trasladándose al mismo tiempo a todos los franceses presos al cuartel de Convalecientes. A las 10 entraron 250 Voluntarios del 1º de Aragón escapados de Madrid con cuatro tambores los que se presentaron a S.E. y de allí fueron a visitar a Nuestra Señora del Pilar, recibiendo muchos vivas de todo el pueblo.
Este día llegó a Zaragoza la siguiente carta de Bayona que de orden de S.E. se mandó circular impresa.
A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD DE ZARAGOZA, Y A TODOS LOS VECINOS DEL REINO DE ARAGÓN.
Los grandes de España, los ministros de todos los tribunales, y todas las personas que se hallan en Bayona, destinados la mayor parte a acompañar a la Junta o Congreso que deberá tener lugar el día 15 del corriente, reunidos en el palacio llamado del gobierno de dicha ciudad, en virtud de las órdenes de S.M.I. y R. el emperador de los franceses y rey de Italia.
Exponen:
Como han sabido con el mayor dolor y sentimiento que algunos habitantes de la ciudad de Zaragoza, mal aconsejados y desconociendo su propio bien e interés han sacudido el yugo de la obediencia hacia las autoridades conocidas, arrestando a su capitán general tratando de formar cuerpos de tropas y, últimamente, constituyéndose en un estado de insurrección sin haberlo aclarado ni explicado en el edicto que han publicado a favor de su patria, e incurrido en este desorden en el mismo tiempo, en que bajo la protección del sabio y grande emperador se van a cimentar las bases sólidas de la felicidad de la España. Noticiosos también de que el lugarteniente general del reino ha resuelto nombrar capitán general de Aragón y ha hecho marchar tropas y que igualmente el emperador de los franceses ha mandado reunir diferentes cuerpos a los puntos más oportunos para poder dirigirse a Zaragoza, reprimir a los amotinados y obrar contra ellos, caso de obstinarse en su insubordinación. Animados, por lo tanto, del más verdadero patriotismo que ante todas las cosas les hace desear la paz, la independencia, el bien y prosperidad de toda la nación, y hallándose convencidos de los sentimientos de humanidad y beneficencia de Su Majestad el emperador, se creen obligados a manifestar a los habitantes de Aragón que si se obstinan en seguir los imprudentes pasos que han dado, acarrearán sobre su país, y sobre toda la España, los mayores males y desastres, sin esperanza de poder conseguir la mas mínima ventaja. En este sentido se ven obligado a exhortarlos que desistan de su locura y se restituyan a su deber reconociendo que sólo el emperador de los franceses puede cooperar a su tranquilidad, buen orden y a la regeneración de la España.
Es igualmente importantísimo que se conformen con la orden que les ha sido comunicada para enviar a Bayona diputados instruidos de sus males y necesidades, y que sepan poner remedio a ellos, aprovechándose de la ocasión que les ofrecen las benignas intenciones y sabias miras del grande Napoleón.
Bayona, 4 de junio de 1808.
El conde de Orgaz. Manuel de Lardizábal. Vicente Alcalá Galiano. Sebastián de Torres. Antonio Romanillos. Luis Marcelino Pereira. El duque del Infantado. El marqués de Santa Cruz. El conde de Fernannuñez. Duque de Montellano. El duque de Osuna. D. José Colón de Larreategui. El conde de Santa Coloma. Raimundo Eterhand y Salinas. Cenón Alonso. Francisco Amorós. Pedro de Torres. Ignacio Martínez de Villela. Ignacio Sánchez de Tejada. Pedro de Porras. Andrés de Herrasti. Domingo Cerviño. El duque de Parque. Pedro de Ceballos. El Príncipe de Maserano. Miguel José de Azanza.
Aquella noche a las 10 se tuvo noticia de la derrota de nuestro ejército en la batalla de Mallén en la que 7.000 franceses con su general Lefebvre desbarataron los 4.000 que llevaba el marqués de Lazán y su hermano, de tropa indisciplinada; los cuales llegaron a Zaragoza aquella misma noche con algunos pocos oficiales, pues la demás tropa se dispersó desordenadamente, por cuya causa hubo muchas desgracias. Y teniendo aviso  de que los franceses venían hacia acá se empezó a alborotar la ciudad, y de orden de S.E. se mandaron tocar las campanas a rebato, y que todos los vecinos a las 2 de la mañana estuvieran en el Campo del Sepulcro, a cuya hora llegó a juntarse de 8 a 9.000 hombres de toda clase de gentes".

viernes, 12 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 12 de Junio 1808

"Llegó la gente de Belchite y otros lugares, y se tuvieron noticias favorables del campamento de Tudela, e igualmente se aseguró la derrota del enemigo en Cataluña. Prosiguieron en darse fusiles, y salieron varias compañías hacia Tarazona. Se llevaron a la cárcel algunos franceses domiciliados y personas sospechosas, entre ellos a D. José Viga, italiano, director de máquinas hidráulicas del Canal Imperial. Este día llegaron 200 ingenieros zapadores de Alcalá y algunos Guardias de Corps escapados de Madrid, la mayor parte sin caballos ni armas".

jueves, 11 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 11 de Junio 1808

"Por la mañana salió un bando de S.E. en que mandaba, que en atención a que los franceses estaban en la cárcel sin orden suya y no ser justo que unos vasallos útiles, contribuido al socorro del reino se les tuviese por enemigos, que desde luego saliesen de sus casas, prestando ante la justicia el juramento de fidelidad a nuestro católico monarca. Pero apenas se supo esto por los paisanos, se alteraron sobremanera, acudiendo a S.E. para que sirviese moderar dicho bando, el que luego revocó, y para sosegarlos salió su hermano D. Francisco a caballo con dos edecanes al Mercado, que estaba todo lleno de gentes los que se apaciguaron inmediatamente. Este día vinieron los de Maella, Albalate y otros pueblos que se destinaron a las compañías, y se tuvo noticia de haber asesinado a un capitán de Marina que mandaba las tropas en Borja, por no haber permitido fuesen a la defensa de los nuestros a Tudela. Hoy fue reconocido por las tropas y todo el pueblo el excelentísimo señor marqués de lazán por gobernador de la plaza militar de Zaragoza".

miércoles, 10 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 10 de Junio 1808

"Llegaron a esta ciudad de las Tierras bajas de 9 a 10.000 hombres casados y solteros recogidos por el comandante D. Jerónimo de Torres, los que se encaminaron al Campo del Sepulcro, donde les dieron fusiles de un repuesto de 25.000 que se hallaron emparedados en el Castillo, y con ellos entraron en fila de tres en tres por la puerta del Carmen, Coso, plaza de la Magdalena, a casa del general. Este día salieron dos compañías más y se mandó que dentro de 24 horas se incorporasen todos los oficiales de los tercios, pena de ser tenidos por ingratos a la patria. Y atendiendo a S.E. al abandono en que quedaban las casas, dispuso por ahora licenciar a los casados, obligándolos a venir en caso necesario. Por la noche llegó un posta de Navarra con la noticia de haber encerrado a los franceses en Tudela, a quienes tenían cercados los Fusileros, paisanos y los de las Cinco Villas. Llegando también esta tarde muchos soldados escapados de Barcelona".

martes, 9 de junio de 2009

Diario de Los Sitios - Zaragoza 9 de Junio 1808

"Muy por la mañana vinieron dos postas de Cataluña con la noticia de haber batido los de Cervera a los franceses, haberles muerto muchísimos, y cogídoles los demás prisioneros.

LAS CORTES
Este día se celebran las Cortes en la sala consistorial del ayuntamiento en la que se colocó el retrato de nuestro católico monarca Fernando VII asistiendo a ella todos los vocales de las ciudades del reino, obispos, abades y priores, con la nobleza. A las 10 vino S.E. a caballo acompañado de sus edecanes, precedidos de los Dragones del Rey a pie, y sus oficiales a caballo, los que hicieron los honores a S.E. como a la persona real. Fue recibido de todos los vocales fuera de la sala, y la sesión duró hasta las 3 y media de la tarde; a la salida fue al Pilar acompañado de la tropa y edecanes, subió a besar la mano a Nuestra Señora y se retiró a su palacio.

ASISTENCIA A LAS CORTES CELEBRADA EL 9 DE JUNIO.
Por el brazo eclesiástico:

Señor obispo de Huesca.
Señor arcipreste de Tarazona.
Señor deán de Zaragoza.
Señor arcediano de Santa María de Zaragoza.
Señor arcipreste de Santa maría de Zaragoza.
Señor prior del Sepulcro de Calatayud.
Señores abades de Montearagón, Santa Fe, Rueda y Veruela.

Por el Estado de Nobles:
Señor conde de Sástago.
Señor marqués de Santa Coloma.
Señor marqués de Fuenteolivar.
Señor marqués de Zafra.
Señor marqués de Ariño.
Señor conde de Sobradiel.
Señor conde de Torresecas.

Ciudadanos de voto en Cortes:
Por Zaragoza, D. Vicente Lisa.
Por Tarazona, D. Bartolomé la Iglesia.
Por Jaca, D. Francisco Pequera.
Por Calatayud, D. Joaquín Arias de Ciria Beteta.
Por Borja, D. José Cuartero.
Por Teruel, D, el conde de la Florida.
Por Fraga, D. Domingo Arquer.
Por las Cinco Villas, D. Juan Pérez de Artieda.

Por el Estado de Hijosdalgos:
Por el partido de Huesca, el barón de Alcalá, D. Joaquín María Palacios.
Por el de Barbastro, D. Antonio Soldevilla, D. Francisco Romero.
Por el de Alcañiz, D. Manuel Ulzurrun de Asanza, conde de Samitier.
Por el de Albarracín, D. Juan Navarro.
Por el de Daroca, D. Tomás Castillón, D. Pedro de Oseñalde.

D. Lorenzo Calvo de Rozas. Intendente general del ejército y reino de Aragón, secretario de la Suprema Junta de las Cortes del mismo, celebradas en su capital Zaragoza a 9 de junio de 1808.

Certifico: Que reunidos en la sala consistorial de la ciudad los diputados de las de voto en Cortes, y de los cuatro brazos del reino cuyos nombres son los anteriormente nombrados, y habiéndose presentado el excelentísimo señor D. José de Palafox y Melci gobernador y capitán general del mismo y su presidente, fui llamado y se me hizo entrar en la asamblea, para que ejerciese las funciones de tal secretario, y habiéndolo verificado así, se me entrego el papel de S.E. el cual original existe en la secretaría, se leyó y dice:

Excelentísimo señor:
Consta ya a V.E. que por voto unánime de los habitantes de esta capital fui nombrado y reconocido de todas las autoridades establecidas como gobernador y capitán general del reino. Que cualesquiera excusa hubiera producido infinitos males a nuestra patria, y ha sido demasiado funesta para mi. Mi corazón agitado ya largo tiempo, combatido de penas y aflicciones lloraba la pérdida de la patrian sin columbrar aquel fuego sagrado que la vivifica. Lloraba la pérdida de nuestro adorado rey Fernando VII esclavizado por la tiranía, y conducido a Francia con engaños y perfidias.
Lloraba los ultrajes de nuestra santa religión atacada por el ateísmo, sus templos violentados sacrílegamente por los traidores el 2 de mayo, y manchados con sangre de los inocentes españoles. Lloraba la existencia precaria que amenazaba a toda la nación si admitía el yugo de un extranjero orgulloso, cuya insaciable codicia excede su perversidad, y por fin la pérdida de nuestras posesiones en América, y el desconsuelo de muchas familias, unas porque verían convertida la deuda nacional en un crédito malo, otras que se verían despojadas de sus empleos y dignidades, y reducidas a la indigencia o mendicidad; otras que gemirían en la soledad, la ausencia o exterminio de sus hijos y hermanos conducidos al norte para sacrificarse no por su honor, su religión, su rey ni por la patria, sino por un verdugo nacido para azote de la humanidad, cuyo nombre tan solo dejará a la posteridad el triste ejemplo de los horrores, engaños y perfidias que ha cometido, y de la sangre inocente que su proterva ambición ha hecho derramar..

Llegó el 24 de mayo, día de gloria para toda España, y los habitantes de Aragón siempre leales, esforzados y virtuosos rompieron los grillos que les preparaba el artificio y juraron morir o vencer. En tal estado lleno mi corazón de aquel noble calor que a todos nos alienta, renace y se enajena de pensar que puedo participar con mis conciudadanos de la gloria de salvar nuestra patria. Las ciudades de Tortosa, Lérida invitadas por mi como puntos muy esenciales, se han unido a Aragón, he nombrado a un gobernador en Lérida a petición de su ilustrísimo ayuntamiento, les he auxiliado con algunas armas, gente, y puedo esperar que aquellas ciudades se sostendrán, y no serán ocupadas por nuestros enemigos.
La ciudad de Tortosa quiere participar de nuestros triunfos; ha conferenciado conmigo y con los ingleses, les ha comunicado el manifiesto de 31 de mayo para que lo circulen por toda Europa y trata de hacer venir nuestras tropas de Mallorca y Menorca. Siguiendo mis instrucciones; ha enviado un diputado, y yo he enviado otro con órdenes secretas dirigidas al mismo fin, y entablar correspondencia con Austria.
La merindad de Tudela y ciudad de Logroño me han pedido un jefe y auxilios, quieren defenderse e impedir la entrada en Aragón a nuestros enemigos. He nombrado con toda la plenitud de poderes por mi teniente y por general del ejército destinado para ello al excelentísimo señor marqués de Lazán y Cañizar, mariscal de campo de los Reales Ejércitos, que marchó el 6 a las 12 de la noche con algunas tropas y competentes armas y municiones. No puedo dudar de su actividad, patriotismo y celo, ni lo dudará V.E.
Otros muchos pueblos de Navarra han enviado a sus representantes y la ciudad y provincia de Soria sus diputados. He dispuesto comunicaciones con Santander, establecido postas en el camino de Valencia, y pedido armas y artilleros, dirigiendo por aquella vía todos los manifiestos y órdenes publicadas, con encargo de que se circulen a la Andalucía, Mancha, Extremadura, Galicia y Asturias, invitándolos a proceder de acuerdo. He enviado al coronel barón de Warsage y al teniente coronel D. Andrés Boggiero, gobernador que ha sido en América, a organizar y mandar la vanguardia del ejército destinado hacia las fronteras de la Alcarria y Castilla la Nueva.
Para dirigir el ramo de hacienda con la rectitud, energía y acierto que exige tan digna causa, y velar sobre las rentas y fondos públicos, he nombrado por Intendente a D. Lorenzo Calvo de Rozas, cuyos conocimientos en este ramo y probidad incorruptible me son notorios, y me hacen esperar los más felices resultados.
La casualidad de haber enviado aquí a principios de mayo su familia para librarla del peligro, y el temor de permanecer en Madrid en circunstancias tan críticas lo trajo a Zaragoza el 28 del pasado; lo hice detener, y lo he precisado a admitirlo a pesar de que sus negocios y patrimonio reclamaban su vuelta a Madrid. Fiado este importante ramo a un sujeto de sus circunstancias presentaré a su tiempo a la nación el estado de rentas, su procedencia e inversión, y en ellas un testimonio público de la pureza con que se manejarán.
Resta pues el sacrificio que es más grato a nuestros corazones: que reunamos nuestras voluntades y aspiremos al fin que nos hemos propuesto. Salvemos la patria aunque sea a costa de nuestras vidas, y velemos por su conservación. Para ello propongo a V.E. los puntos siguientes:
1º. Que los diputados de Cortes queden aquí en junta permanente, o nombrar otro que se reunirá todos los días para proponerme y deliberar todo lo concerniente al bien de la patria y del rey.
2º. Que V.E. nombre entre sus ilustres individuos un secretario para extender sus resoluciones en las que debe haber una reserva inviolable extendiendo por hoy el acuerdo uno de los presentes o el Intendente.
3º. Que cada diputado se corresponda con su provincia comunicando las disposiciones ya generales ya particulares que tomaré como jefe militar y político del reino y de los que acordaremos para mayor bien de la España.
4º. Que la Junta medite y me proponga sucesivamente los medios de hacer compatible con la energía y rapidez que se requiere, la organización del ejército, el cuidado de la recolección de granos que se aproxima y no debe desatenderse.
5º. Que me proponga los medios de sostener el ejército que presentará su Intendente y del reino D. Lorenzo Calvo.
6º. Que me proponga todas las disposiciones que crea convenientes tomar para conservar la policía, el buen orden, y la fuerza militar en cada departamento del reino.
7º. Que cuide de mantener relaciones con los demás reinos y provincias de España que deben formar con nosotros una misma y sola familia.
8º. Que se cuide de circular en todo el reino, impresas o manuscritas, las órdenes mías o las que expidiere la Junta de diputados.
9º. Que acuerden si deben o no concurrir los diputados que vinieren de las provincias o merindades de fuera de Aragón, mediante que la reunión de sus luces puede ser muy interesante.
10º. Que decida desde luego la proclamación e nuestro rey Fernando VII determinando el día que haya de verificarse.
11º. Que resuelvan si deben reunirse en un solo punto las diputaciones de las demás provincias de España, conforme a lo anunciado en el manifiesto de 31 de mayo último.
12º. Que declare desde luego la urgencia del día, y que la primera atención debe ser la defensa de la patria.

Zaragoza, 9 de junio de 1808. José Palafox y Melci.

ACUERDOS
Resolvió la asamblea por aclamación que se proclamase a nuestro soberano Fernando VII, dejando al arbitrio de S.E. señalar el día de verificarse apenas las circunstancias lo permitiesen. La misma asamblea enterada de la exposición antecedente, después de manifestar a S.E. su satisfacción o gratitud por todo cuanto había ejecutado, aprobándolo unánimemente, lo reconoció por aclamación como capitán general y gobernador político y militar del reino de Aragón, y los mismo al Intendente.
El señor D. José Antonio Franquet, regidor de Tortosa, que hallándose comisionado en esta capital concurrió a la asamblea, hizo lo mismo a nombre de dicha ciudad a quien ofreció dar parte de ello.
Acto continuo se leyeron los avisos de convocatoria a todos los individuos que debían concurrir, y resultó se habían convocado a todos, y que sólo había dejado de concurrir el señor marqués de Tosos que avisó estar enfermo, y señor conde Torresecas que igualmente manifestó su imposibilidad de concurrir.
Se trató si debía queda permanente la Junta de diputados o nombrar otra presidida por S.E. con todas facultades, y después de un detenido examen se acordó unánimemente nombrar una Junta Suprema se sólo seis individuos y de S.E. como presidente con todas las facultades.
Se nombró enseguida una comisión de 12 de los señores vocales tomados de los cuatro brazos del reino, que lo fueron por lo eclesiástico el señor abad de Montearagón, el señor deán de esta santa iglesia, el señor arcipreste de Santa María. Por la nobleza, el excelentísimo señor conde de Sástago, y los señores marqueses de Fuenteolivar y Zafra. Por el de hijosdalgo, los señores barón de Alcalá, D. Joaquín María Palacios, D. Antonio Soldevilla, D. Vicente Lisa, al conde de la Florida, y D.Antonio Francisco Pequera. Por las ciudades de voto en Cortes, para que propusiesen 12 candidatos, y elegir de ellos 6 que con S.E. habían de formar la Junta Suprema, y habiéndose reunido en una pieza separada los 12 señores proponentes volvieron a entrar con la propuesta siguiente:
Al ilustrísimo señor obispo de Huesca, al señor prior del Sepulcro de Calatayud, al excelentísimo señor conde de Vástago, al señor regente de la Real Audiencia, al caballero regidor D. Valentín Solanot, al abad de Veruela, al arcipreste del Salvador D. Miguel del Puedo, al barón de Alcalá, al marqués de Fuenteolivar, al barón de Castiel, al oidor D. Pedro María Ric. Se procedió enseguida a la votación, y los propuestos tuvieron los votos siguientes:

El obispo de Huesca, 32.

El prior del sepulcro, 11.
El conde de Sástago, 27.
El teniente general D. Antonio Cornel, 33.
El Regente de la Real audiencia, 29.
D. Valentín Solanot 11.
El abad de Veruela, 2.
El arcipreste del Salvador, 12.
El barón de Alcalá, 2.
El marqués de Fuenteolivar, 17.
El barón de Castiel, 10.
D. Pedro María Ric, 18.

Resultando electos D. Antonio Cornel, el obispo de Huesca, el regente de la Audiencia, el conde de Sástago, D. Pedro María Ric y el marqués de Fuenteolivar. Y por muerte o causa legítima según costumbre los que le siguen los votos.
Se trató de nombramiento de secretario y la Junta indicó que S.E. lo eligiese y condescendiendo con dichos deseos propuso para primero a D. Vicente de Lisa y segundo al barón de Castiel que quedaron electos inmediatamente.
La Junta meditó las proposiciones y acordó tomarlas en consideración, para lo cual se reunirían el próximo martes 14 y que por el secretario se remitiesen una copia de ellas a cada individuo, con lo que concluyó la sesión, y se rubricó el acuerdo por S.E., el obispo de Huesca, y conde de Sástago que certifico y firmo en Zaragoza a 9 de junio de 1808.
Lorenzo Calvo de Rozas. Secretario.

Vº Bº. Palafox.

Nota. Todos los señores vocales manifestaron enseguida su voluntad de nombrar a S.E. por capitán general efectivo de ejército. Mas S.E. dio las gracias, y lo resistió absolutamente expresando que era brigadier de los Reales Ejércitos nombrado por Su Majestad y que no admitiría, ni deseaba, otros grados, satisfacción ni ascensos que ser útil a la patria. La Junta no insistió vista la delicadeza de S.E. y se reservó nombrarlo en la primera sesión a que no asistiese por considerarlo de justicia. Todo lo cual certifico ut supra. Calvo.

Sigue el día 9

Aquella tarde y noche se mandaron recoger a todos los franceses de la ciudad así radicados como sirvientes, y se condujeron al Castillo y a la cárcel para evitar que el pueblo los ultrajase. Salieron tres compañías hacia Navarra, y al medio día llegó un posta con la noticia de haberse introducido 1.200 franceses en Tudela por consentimientos de los que allí mandaban, y que había habido un choque muy reñido entre aquellos paisanos y nuestra tropa, en el que hubo bastantes desgracias, pero que habiendo llegado el coronel D. Antonio Torres con sus Fusileros del Reino y paisanos los habían hecho retirar hasta dentro de la ciudad, a quienes se habían unido los de las Cinco Villas esperando sólo municiones para atacarlos; cuya noticia hizo alguna novedad en los ánimos. Pero habiendo tenido noticia de que el marqués de Lazán pasaba de Mallén a darles guerra se sosegó el pueblo. De orden de S.E. estuvieron los Dominicos, Franciscos, y Capuchinos haciendo cartuchos todo el día en la Casa de Misericordia, pasando de 3.000 los que hicieron en todo él".